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para una buena Comunión 283 za a algún p ecado, puedes confesarlo co- mo dudoso. Tampoco te alabes de lo bueno que es don de Dios, sino acúsate de tus propios pecados, ni los excuses como Adan con Eva, y Eva con la ser- piente que la tentó. 3. Escucha después con atención lo que te diga el padre confesor, y respon- de con brevedad é ingenuamente á las preguntas que te hiciere; y mientras ha- blare el confesor has de estar atenta, sin inquietarte en examinar si te ha queda- do algo por decir, ni distraerte en otras cosas. Finalmente, al tiempo de recibir la absolución, dirás contrita: Señor mío Jesucristo, etc. NoTA. Será bueno que la persona que trata de perfección, dé cuenta á su Director, no en ca- da confesión, sino de cuando en cuando, cómo le va en la oración, si es puntual, si se ha dete- nido en ella, todo el tiempo señalado etc. Asi- mismo cómo practica el examen particular, qué penitencias hace, qué días comulga, qué alientos siente para la virtud, con qué dificultades tro- pieza, etc., etc.

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