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240 La Comunlón semanal. ro es que esta labor debe llevarla á ¡ cabo el Párroco, convocando cada sábado á los jóvenes. La primera ventaja que re- sulta de esto es el estado de gracia ha- bitual. La confesión tardía y mensual los re- tiene en pié por algunos días, pero pasan las tres cuartas partes del tiempo casi en desgracia de Dios. El joven que se con- fiesa cada ocho días, por la gracia sacra- mental y por los avisos del confesor comprende la desgracia de vivir en la enemistad con Dios y pone más empeño en mantenerse en la virtud. Poco á poco va librándose hasta de faltas notables si bien no graves y habitualmente viven en la amistad divina. Tienen además la ventaja del hábito adquirido por la repetición de actos. Una de las razones del apartamiento de la comunión en personas que no lle- van vida muy cristiana es precisamente la misma vida que hacen. Al cabo de un par de años ó de doce meses de confesión semanal, el alma va sobre los rieles seguros; acostumbradaá esa práctica nada cuesta después la co- munión, antes sienten de ella una necesi-

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