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La Comunión semanal. 239 ca sobre la misma práctica, pero ¿con qué resultado? De suerte que los conse- jos y amonestaciones, no dan un conti- gente superior sensible en punto á la comunión frecuente. Dejando á las devotas que hacen la comunión tres veces Ó más á la semana, y aún cada día ¿qué número tan crecido de fieles no queda por comulgar por mucho tiempo? ¿Qué hacer pués? Em- pezar ese trabajo de preparación mucho antes de la primera comunión. Os pare- cerá paradoja la afirmación dicha, ¿có- mo se podría habituar á la comunión semanal antes de haber verificado la primera? ¿Cómo? Por la práctica de la confesión semanal adoptada durante los dos años ó tres que anteceden á la primera recepción eucarística. ¿No es ese un círculo vicioso? ¿No presenta las mismas dificultades la confesión sema- nal que la comunión semanal? Nó á fé mía. La práctica de lo primero, es cosa facil á esa edad, y tan facil es como útil y provechoso. En aquellas circunstan- cias de vida inocente, y en tiempo de aspirantes á primera comunión, se con- sigue lo que se quiere de los niños. Cla- ZA REI
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