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218 Decreto de extraordinarias preparaciones para la primera Comunión, no advirtiendo que estos cuidados procedieron de los erro- res jansenistas, que creen que la Santí- sima Eucarístía es premio de la virtud, no medicina de la fragilidad humana. El Concilio de Trento sintió y enseñó lo contrario al enseñar que la Sagrada Eu- caristía es «antídoto por el que nos li- bramos de las culpas cotidianas y somos preservados de los pecados mortales,” y su doctrina ha sido hace poco con más empeño inculcada por la Sagrada Con- gregación del Concilio con el Decreto de 26 de diciembre de 1905, por el cual se concedió á todos, ya sean mayores, ya niños, la Comunión diaria con solas dos condiciones; estado de gracia y rectitud de intención, Ni se ve razón justa para exigir ahora extraordinaria preparación á los niños que se encuentran en la felicísima edad del primer candor y de la inocencia en- tre tantos peligros y asechanzas, cuan- do antiguamente se distribuían los frag- mentos de las Sagradas Especies aún á los niños de pecho. (1) Ses! XIII, de Eucharistia, C. 2.

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