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216 srrorsrcsorst mino acercarse por lo menos una vezzala año, á los Sacramentos de Penitencia y Co- munión. Pero al señalar esta edad de la discre- ción ó uso de razón, se han ido introdu- ciendo en el decurso de los tiempos, no pocos y deplorables errores. Algunos han señalado una edad para el Sacramento de la Penitencia y otra diferente para re- cibir la Sagrada Eucaristía. Juzgaron que la edad de la discreción para la recepción del Sacramento de la Penitencia era aque- lla en que se puede distinguir ya lo bueno de lo malo y, por tanto, en que se puede pecar; exigiendo en cambio para la Co- munión edad mayor, en la cual se pu- diese tener un conocimiento más pleno de las cosas de la fé, y una más perfecta preparación del alma. Y así exigían para la primera Comunión unos diez años, otros doce y otros catorce y aún mayor edad, prohibiéndola á los niños y ado- lescentes de menos años. Esta costum- bre, con la apariencia del respeto al au- gusto Sacramento, fué causa de muchos males; pues separada de los brazos de Cristo la inocencia de la niñez, se cria- ba sin ningún jugo de vida interior, de Decrelo

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