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PP —— : q CZÉQEP£€£O£ÉOÓóAA As 210 La Comunión de los niños. reconocer, que de ese modo las almas jóvenes confiadas á la solicitud pastoral, se veían frustradas, por varios años, de los frutos sacratísimos de la comunión. Sobre todo, la costumbre que hasta hoy se observaba, con ser contraria á las sa- nas tradiciones de la Iglesia, no podía prevalecer por respetable que fuese con- tra la voluntad de Nuestro Señor Es que grita: «Dejad que los niños se acer- quen á mí.» Al ponerse en vigor el Decreto á que aludimos, tiene que verificarse por ne- cesidad una gran transformación en la enseñanza catequística de las parro- quias. Con inmenso júbilo acotamos, pues, en esta obrita Eucarística, el Decreto «Quam singulari Christus amore,» acer- ca de la edad para la primera comunión. Esto contribuirá á nutrir los coros de los Jueves EUCARÍSTICOS, pues seguramen- te muchas madres cristianas tendrán el gozo de llevar consigo á la comunión á las niñas iniciadas en la devoción. Aun- que esta frecuencia de niños en la co- (1) Mat. X.

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