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555 nn Parecido al co de Andrés Castagno, del siglo XV, y que se halla en el comedor del antiguo convento de Santa Apolonia. Dolce Portinori pintó otro hermoso fresco, que se conoce poco, pero que es digno de figurar entre los mejores, y que se conserva en el hospital de Santa Ma- ría la Nueva. El maestro de la escuela toscana, Do- mingo Ghirlandajo, nos dejó también dos bellísimos cuadros de la Cena. Puede verse el primero junto á otras obras y joyas artísticas, en el refectorio de San Marcos, y el segundo, que indudable- mente encierra más perfección, se €x- puso en el convento del D” Ognissanti, allá por el último tercio del siglo XV. La escuela romana tiene igualmente representación en esta galería de frescos, inspirados por la escena del Jueves San- to. Es de admirable colorido, aun en el día, el que se admira en el convento de Foligno, y que se atribuye á Rafael, imitando la manera de Perugino. La mesa de esta obra tiene forma de herradura, con reproducción fidelísima del natural del mantel y de la vajilla; no