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Sección 2.” 191 dejando eterno en el linaje humano su celestial convite, y á las almas dulcisimas permite se lleguen al banquete soberano. Los Jueves EucarístICOS debían te- ner la significación conmemorativa de esta última cena, y por eso establécese que «cada jueves—en toda iglesia donde esté Jesús Sacramentado— se presenten por lo menos doce asociados» á repro- ducir aquel amorosísimo convite del di- vino Salvador. No es del caso explicar ahora el Re- olamento que á este intento se formó. Lo pertinente, es decir que esta idea fué comunicada á aquella alma, de quién al empezar este artículo hemos hablado, y que ella, acogiéndola con férvida gra- titud y amor, la hizo pública y trabajó como buena en reclutar amigos para la obra de los Jueves EUcARÍSTICOS, que luego se prestaron á ayudarla, por pare- cerles hermosísimo el pensamiento, y llamado á conservar el fruto de Santos

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