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190 Orígenes de nuestra obra. Acogiendo, al cabo, la idea, empezó á dar forma al pensamiento eucarístico; y, en efecto, entre las muchas instituciones piadosas, consagradas á celebrar y agra- decer aquella prueba sin medida de Je- sús el quedarse con nosotros Por medio de esta traza . tan propia de su amor, parecía que ninguna reproducía las cir- cunstancias de la última Cena. Medité- mosla: Era Jueves Jesús para celebrar la Pascua acuden á la mesa doce discípulos. Doce varones son los que, elegidos cual amigos queridos, llama Jesús á su banquete augusto, y los que deben fieles las penas compartir puras, crueles, que el cielo envía al corazón del Justo. Tomando el pan en sus sagradas manos alza los soberanos ojos al cielo, con fervor divino, y articula un acento, que trueca el pan en inmortal sustento, y en néctar de los ángeles el vino. ¡Oh de clemencia inescrutable abismo!