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Sección 2.* 177 colegio; pero Judas lo entendió mejor, pues conocía su corazón. Presintió que la tempestad estaba próxima á estallar y se salió del Cenáculo á ejecutar su obra. Indudablemente Judas estaba ocu- pado en sus ideas de venta y seguía cuidadosamente la conversación de Je- sús. No ponía espanto en su alma el sentido que el Maestro daba á todas sus lastimosas manifestaciones. Carecía de grandeza de corazón para apreciar la ter- nura con que se dirigía á él el Mesías. Era hipócrita y con su hipocresía ha- bía engañado siempre á sus compañeros, por eso las palabras del Maestro «lo que haces hazlo pronto»fueron recogidas por los colegas en el apostolado, de distinto modo de lo que refleja la realidad psico- lógica. Aun tuvo osadía bastante para levan- tarse y preguntar como los demás: «¿Soy yo por ventura, Maestro? Jesús respondió á esta interpelación «Sí, tú lo has dicho; tú eres.» Causó está contestación espan- to general. Judas lo notó y se puso á salvo de la venganza y de la cólera de sus compañeros saliéndose fuera. Nada tendría de extraño que el ardi- Vida de amor.—13. A A TE E

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