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MN $ : E É | IT cn sn cn ci FR 1 PRA ac ITA tn lc 0, > 176 La Cena preguntar: ¿nunquid ego sum? San Juan como confidente querido, echó la cabe- za atrás en el diván que estaba y po- niéndola sobre el pecho de Jesús, le pre- guntó ¿quién era? Jesús dijo: «Aquel á quien yo le diere el pan mojado.» Era costumbre en Oriente, que de vez en cuando, durante la comida el dueño de la casa ofreciese un pedazo de pan mojado Ó de carne á sus huéspedes en testimonio de afecto. Jesús eligió esta se- ñal para dar la última llamada al corazón de Judas. Juan comprendió la indicación, pero viendo que Jesús no quería pronun- ciar el nombre del culpable, juzgó que también él debía guardarlo. El traidor que vigilaba los actos y pa- labras de Jesús y que estaba cerca de Él, viéndose descubierto, creyó conveniente salirse del Cenáculo antes de que el in- tento que llevaba llegase á conocimiento de los otros compañeros. La turbación de su alma se reveló hasta en su exte- rior. Su actitud allí se hacía detestable. Jesús conociendo todo esto le dijo: «Lo que haces hazlo pronto». Los discípulos entendieron que le hacía algún encargo de Pascua como intendente que era del

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