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Sección 2.” 175 bertad entonaban el Hallel, que cantaba la reunión entera. Luego se despedazaba el cordero y entre cánticos de reconocimiento y de confianza al Jehova se celebraba la fies- ta. Nuestros Evangelistas hicieron más caso del aspecto cristiano de la cena que del judío, como dando á entender que ya tenian poca importancia los ritos anti- guos, cuando empezaba el rito nuevo de la ley del amor. Jesús en presencia de los manjares del convite, dice con ternura: «os digo que no comeré más de la pascua, hasta que sea cumplida en el reino de Dios.» Para el Salvador no habrá más banquete en la tierra. Antes de que procediese Jesús á la institución de la nueva Pascua, ocurrió entre los apóstoles un incidente doloro- so. Debía morir vendido por un discípy- lo y asi lo reveló á los suyos: «Uno de los doce que come conmigo y mete la mano en el plato me entregará.» Estaba anunciado por el salmista esta traición. Al oir las palabras del Maestro, se tur- baron los discípulos, y comenzaron á

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