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SERRA La Cena. Los hebreos tienen sus ritos especia- les para la comida del cordero pascual. En Egipto lo habían comido de pié por- que entonces les convenía el estado de siervos; pero más tarde empezaron á co- merlo recostados como hombres libres y aun como reyes según la expresión ra- bínica.!* Nuestros pintores más famosos, como Vinci, nos presentan aquella cena como una cualquiera de las que hoy se estilan rodeando los comensales una ámplia me- sa á cuya cabeza estaba sentado el jefe de la familia. No es así como se verifica- ba el convite hebreo. Instalábanse los convidados en lechos de poca altura hasta cuatro ó cinco por divan, teniendo apoyado el brazo izquier- do sobre un almohadón, el brazo dere- cho libre y los pies hacia atrás. (1) Maimonides (Pesach X-1.)

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