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Sección 2.* 165 Frente á frente de Jesús, nadie podía ser indiferente. Dirigióse, pues, el traidor, á favor de la noche, á casa de Caifás, se hizo “introducir ante los enemigos del Maestro, y delante de aquella asam- blea dijo: «¿qué quereis darme? y os le entregaré.» Solo podía hablar de aquel modo un criminal que estaba á la altura de tales jueces..... Ya, le era imposible volver atrás, y aunque solo le ofrecie- ron treinta monedas de plata ó treinta siclos,' que era el precio atribuido ge- neralmente á un esclavo, Judas aceptó y cerró la venta. El jóven Proteta tenía sus partidarios en el Sanhedrin, y, 6 no acudieron por no haber sido citados á esta asamblea, ó si acudieron notificaron al Maestro el acuerdo de los asambleístas. Jesús no necesitaba de informaciones. Sabía toda la malicia de sus enemigos y los pasos que estaban dando á la sombra. Antes de morir quiso celebrar la Pas- cua oficial. Pedro y Juan eran los encar- gados para combinar los preparativos de la Cena. Jesús les indicó el lugar don- de debía celebrarse, y añadió: «Mi tiem- 1) Valía próximamente 3 ptas. 10 cts. l

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