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156 La Corte Eucaristica Aquí, donde, según Menendez Pelayo toda herejía es exótica, no podía caber la negación eucarística; y la afirmación de la presencia real, no solo es un dog- ma religioso sino hasta social. Jesucristo está en la Hostia, decía Lu- tero, pero de la misma manera que es- tuvo en el seno de María, no por trans- formación; en su pensar, los accidentes y las substancias del pan, aún después de la consagración, quedan intactos; Je- sús viene á ellos sin transformar nada, como vino al seno de María. La herejía de Lutero fué condenada en el concilio de Trento, donde llevaron la voz de la Iglesia y la mejor parte de las discusiones, los teólogos españoles. Reinando Jacobo VI de Inglaterra, los herejes sacramentarios persiguieron á los cristianos; penetraron osados en las principales iglesias de Londres, tomaron con manos profanas las santas Formas, entregándolas á las bestias por alimento con acciones abominabilísimas y execra- bles. Estos hechos provocaron en Espa- ña una reacción poderosa en favor del Santísimo y en aquella época levantó cuarenta templos, donde poder conser-

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