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4 La Eucaristía es mi vida. decer y multiplicar el objeto de sus afec- tos, considerarle por todos los aspectos posibles y revestirle de todas las formas imaginables cual si solamente así logra- se pasto nuevo á la llama que le devo- ra.» Para agradecer á Jesús este benefi- cio, era preciso evocar todas las faculta- des, toda la diligencia y piedad profun- da... Siempre se nos ofrecerá algo nuevo que meditar y con que demostrar á Jesús nuestro corazón. Por mucho que volva- mos sobre ello, jamás se agotarán las nuevas formas, ni nos fatigan ni sacian, antes bien, siempre nos encanta y recrea el amor eucarístico con igual intensidad- «Esa meditación y tesoro eucarístico se- rá para nosotros lo que el caleidoscopio para los niños, que cuantas veces mue- ven las piedrecitas encerradas tras el cristal, otras tantas encuentran nuevo mosaico.» Las nuevas formas de amor eucarísti- co «sirven para poner de manifiesto, ora una, especial disposición de ánimo, ora una devoción exquisitamente singular.» En nuestro caso creemos que esto segun- do es lo que ocurre. Las distintas formas de devoción, muestran la fuerza de atrac-

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