BCCPAM000R02b-6-2300000000000

Capítulo XV. 125 Jesucristo espera que para recibirle le preparemos un lugar inmenso; que eche- mos á un lado todo ese cargamento de vanidades, pequeñeces y deseos perso- nales que lleva consigo nuestra alma, reemplazándolos lentamente con ambi- ciones más sanas, sentimientos más vas- tos y miras menos egoístas. Cuando se dice: «Dios con nosotros y nosotros con Dios,» no se trata de éxtasis, ni de vías extraordinarias de perfección. Tal misti- cismo es real, pero no es más que flores- cencia del catolicismo. La vida ordinaria consiste en saber hacer la voluntad de Dios, en saber no perder de vista á Dios, en respirar á gusto, por lo menos, resignadamente, en medio de las dificul- tades de la vida, en dejar que se dilate y crezca, sin medida, la confianza en Dios, con el aire vivificador de los Sa- grarios,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz