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ua rable Padre Esteban de Adoain con quien tuvo la dicha de compartir los primeros fru- tos del Ministerio Apostólico el que, por complacer la voluntad de sus Superiores, ha puesto de manifiesto el presente método pa- ra hacer uniformemente las Misiones, ha- biéndolo antes aprendido del ya citado Pa- dre Esteban en las diferentes Misiones, que dió en su compañía, primero en Nayarra, y después en Málaga, Córdoba, Sevilla y Cádiz. 12. La experiencia nos demuestra que no conviene se sienten los Misioneros en el confesonario durante los cuatro primeros días, excepto en algún caso extraordinario, hasta que lós fieles hayan oido las pláticas y sermones principales, porque instruídos y enfervorizados con la predicación, vuelven á confesar los mismos pecados y otros mu- chos que antes no conocían ni recordaban; esto deberá advertirse desde el púlpito en el sermón de entrada. 13. La tarde del cuarto día emplearán los Misioneros en unión con los Sacerdotes en confesar á los niños y niñas para la co- munión, y señalarán una hora fija, por ejem- plo á las tres en invierno, y en verano á las cuatro, levantándose así en éste como en los días restantes media hora antes del primer toque del ejercicio de la Misión. 14, En la noche del cuarto día anuncia-

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