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«Comisión para apartar y distinguir la hacienda del maestro de capilla y niños de coro.» «Este dicho día [ viernes, 18 de febrero de J605] y cabNdo, se trató de lo que se había de hacer para la provisión del magisterio de capilla de esta santa iglesia, que en ella estaba vaco por muerte de Bricio Ga11dí, poniendo e'dictos para ello o informándose de alguna persona eminente para dicho oficio y enviándola a llamar. Sobre lo cual hablaron y platicaron, dando sus votos y pareceres en particular. Y habiéndolos dado, considerando sus mercedes que primero que se llegase a esto era necesario y convenía que se hiciese distinción de la hacienda, señalando al maestro la que se le hubiese de dar por su sala– rio y dejando aparte lo que hubiese de servir para el sustento y vestido de los niños de coro que había de tener, y 11(! dejándoselo todo a car– ga cerrada, que lo tenía todo por suyo, y los niños padecerían, y no se remediarían los in– convenientes que se habían experimentado con el maestro difunto, y, asimismo, cómo se había de gastar la hacienda de la ración supresa, y los niños que se habían de añadir por ella, y otras muchas cosas que se habían de asentar. Para todo lo cual acordaron de cometer y cometieron a 'los señores Chantre, Labanza, doctor Escobar y Dn. Francisco de Zúñiga distingan la hacien– da que ha de quedar al dicho maestro y la que ha de quedar para los dichos niños y los que han de servir en el coro y en el altar. Y ordenen los capítulos que el dicho maestro haya de guardar y los oficios y ministeri0$ que hayan de hacer, y los traigan para que el cabildo vea y determine lo que se haya de hacer, poniendo edictos o buscando y llamando persona» (2). El acta siguiente es muy curiosa. La viuda de Bricio Gaudí pide al cabildo palentino una ayuda que remedie su rrecesidad, en atención a los buenos servicios de su difunto marido. Si a ella le hubiera dejado «sus obras, papeles y trabajos que eran de mucho valor y estima», habría ,tenido ahora para pagar fas deudas que su difunto marido Je dejara. El ca'bildo ordena se socorra a Manuela de Lozoya con 300 reales. Léase el acta que transcribo a con– tinuación: «300 reales de la obra a la mujer del maestro de capilla.» «Este dicho día [31 de marzo de 1605] y ca– bildo, se leyó una petición de Manuela de Lo– zoya, viuda de Bricio Gaudí, maestro de capilla que [fue] a esta iglesia, por la cual decía que el dicho su marido había dejado muchas deudas y poca hacienda, que aun para pagar los reparos que se le echaron en las casas que tenía no se (2) lbidem, fol. 6°. sabía si habría, y que el dicho maestro, a per– suasión de algunos señores que se hallaron pre– sentes, cuando hacía testamento, y teniendo con– sideración a la merced que siempre se le había hecho, había mandado a la iglesia sus obras, pa– peles y trabajos que eran de mucho valor y es– tima. Y que si a la susodicha su mujer se los mandara, pensara remediarse con ellos. Por lo cual, supfrcaba a sus mercedes se sirviesen de hacerla alguna merced por gracia o justicia, que ésta lo era para cumpUr con tantas obligaciones como la quedaban. Sus mercedes oyeron la di– cha petición, y viendo que tenía alguna justifi– cación lo que pedía, hablaron en ello, dando sus votos y pareceres en particular. Y habiéndolos dado, acordaron de votar por habas secretas si se darían a la susodicha 300 reales de la obra y fábrica, pues a ella la había dejado sus papeles, votándolo como hacienda de la obra y conforme al estatuto de ella que la sexta parte lo contra– dice, y habiéndolo votado, saüó acordado por los votos que hubo en este cabildo, cuatro en contrario, que no fueron sexta parte, que se den a la dicha Manuela 300 reales de la obra y fá– brica de esta santa iglesia, para ayuda a pagar las dichas deudas» (3). Como se ha indicado poco ha, el cabildo palen– tiilo estaba decidido a que el nuevo maestro de capilla fuese -clérigo. Por eso, ahora se reúne y tra– ta del escaño y precedencia que Je correspondería al nurevo maestro de capilla clérigo, sucesor de Bri– cio Gaudí. Este no había tenido puesto alguno en el coro por ,ser seglar. Léase el aota siguiente que seña1la dónde deberá sentarse el nuevo maestro de capilla. «Silla para el maestro de capilla.» «Este dicho día [27 de abril de 1605] y ca– bildo, trataron sus mercedes del lugar que el maestro de capilla que se proveyere había de tener por haber de ser clérigo y el pasado era casado, quisieron sus mercedes informarse de la que se había dado a los maestros de capilla que habían sido en esta iglesia. Y habiéndose infor– mado, pareció se le solía dar la primera silla baja del coro de los señores racioneros del lado de izquierda deil Sr. Obispo. Y porque pareció era de los curas, se habló en ello, dando sus vo– tos y pareceres en particular. Y habiéndolos dado, se acordó de votar por habas secretas y por mayor pante, si se guardaría 'la costumbre, dando la dicha primera silla del coro de los dichos señores racioneros al di-cho maestro de capilla. Y habiéndolo votado, salió acordado por la mayor parte de los votos que hubo en este cabildo que se le da y señala al dicho maestro '(3) lbidem, fol. 9". 109
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