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fa– milias, según un censo de hace cinco años. Lo que hace pensar que ahora habrá descendido ese número Real– mente no se ve futuro. Tal ve~ fuera una oferta aceptable haciéndonos cargo a la vez de la parroquia de Premont, de la cual dependen actual– mente las Misiones. En reunión de toda la Fraterni– dad, el lunes, 20 de diciembre, se dis·cutió ese asunto, y todos convi– nieron en la apreciación de los dos Padres, que queda consignada ante– riormente. El mismo día el Padre ·superior pasó dicha información en carta al Padre Provincial, para tener su opi– nión antes de contestar al Obispo». (CRONICA, p . 47). La opinión del Padre Provincial -coincidente con la nuestra- fÚe comunicada al señor Obispo en car– ta del 25 de febrero de 1972, indicán– dole al mismo tiempo nuestra dispo– sición de servir las tres Misiones contando como base la parroquia de Premont. En carta del 17 de marzo el señor Obispo acepta nuestros re– pai;os y nuestro ofrecimiento; lo cual se comunica al P. Provincial, quien responde: «El Padre Provincial, de a-cuerdo a las conversaciones mante– nidas anteriormente cree que debe– mos aceptar la propuesta del señor Obispo y hacernos cargo de la parro– quia y del servicio p astoral de las capillas que dependen de la misma». Comunicada al señor Obispo nuestra aceptación definitiva, el contrato co– rrespondiente fue firmado por él el 9 de mayo, y por el Padre Provincial, Aurelio Laita, el 18 del mismo mes. Según los términos del dicho con– trato: 1) Se en·comienda a los Padres Capuchinos la parroquia de Santa Teresa y sus tres Misiones. La entre– ga se hace «ad nutum Episcopi»; 2) Los Padres Capuchinos se comprometen a proveer del número suficiente de sacerdotes para la ade– cuada atención de la parroquia y las misiones; 3) Toda la propiedad queda a nombre del Ordinario de la Diócesis de Corpus Christi; 4) . Caso de suprimirse, sea la pa– rroquia, sea alguna de las misiones se deberá hacer un nuevo contrato; 5) La terminación de este con– trato ~erá efectiva después de pasa– dos seis meses completos a partir de una comunicación escrita a este ob– jeto por el Ordinario de la Diócesis a~ P. Provincial, o transcurrido un ano desde una comunicación similar del Superior Provincial al Ordinario de la Diócesis, manifestando su in– tención de •cancelarlo. El día 11 ~e junio se hizo cargo de la parroqma, como primer párro– c? capuchino, el Padre Pedro Azcoi– tia. El 18 de agosto se le unió como coadjutor el Padre Angel Pérez. _Actuall'!1ente regentan la parro– q1;11a el mismo Padre Pedro Azcoitia, parroco, Y el Padre Gregorio Goicoe– c~ea, coadjutor encargado de las mi– s10nes. . , Justificada, al parecer, la funda– cion de Premont como una cabeza de puente para asomarse a México lo ;11ás que se pudo entonces, y desde alli poder comenzar a organizar la aten?ión espiritual de las capuchinas mexicanas de clausura en la zona en– c?mendada a la Provincia, hoy, ha– biendo la ya Orden resuelto de distin– t~, manera ~l problema de la expan– s10n capuchina en México y la aten– ción a las religiosas, e incluso vol– viendo a pensar la Provincia en una instalación autónoma en el país ·si– gue justificada nuestra presencia¿en Premont? La pregunta es todavía más válida cuando se piensa que Premont y los dos religiosos que tra– bajan allá están a 700 kilómetros de distancia de nuestras casas centrales de Dallas y Fort Worth. Lo cual no 11

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