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PROLOGO Las melodías de esta colección folklórica, titulada DANZAS DE BAZTAN, NAVARRA, que aparecen aquí casi todas por primera vez, recogidas por el autor directamente de distintos txistularis (tocadores de flauta y tamboril vascos), estaban guardadas entre sus viejos papeles, escritos en el Valle de Baztán desde el año 1922. Antonio Elizalde, txistulari de Arizcun, es el principal artista popular, que conservó y transmi- tió el tesoro de la música vasca del navarro Valle de Baztán Es también un deber hacer constar aquí los nombres de José Tellechea, txistulari de Errazu, y de Antonio Olondriz, txistulari y pastelero de Elizondo. l Las diez melodías, que componen el organismo musical de la SOKA-DANTZA o baile de la cuerda, se caracterizan por su frescura, gracia y original ritmo sincopado. La melodía n.? 1 se toca para la salida de los cuatro danbolinausi (dueño del tamboril) o «mayordomos» de las fiestas. Y mientras a su alegre son bailan ellos, se van trayendo ceremoniosa- mente a las jóvenes danbolin-andre (dueñas del tamboril) o «mayordomas», que salen a la danza al son noble y elegante de la melodía n.* 2. ' La melodía n.” 3 es un largo y variado zortziko de ritmo 5 por 8, que el autor publicó sin armo- nización pianística en su primer Método de Txistu el año 1927. Al son de ella y de los siguientes núme- ros hasta el n.” 10 inclusive, baila la juvenil y graciosa «cuerda» de la úanza baztanesa, desde la media tarde hasta que, en la torre de la iglesia, suena el Angelus del suave y luminoso atardecer. Todas las melodías son auténticas y sin cambiar nada; únicamente los números 1, 3 y 4 tienen una introducción para marcar el ritmo del tamboril. MUTIL-DANTZA (baile de mozos) fué publicado por el autor el año 1926. Se incluye en esta Co- lección, porque se agotó la primera edición. TELLARIN es un largo y original mutil-dantza, con frases de cinco compases. El autor lo copió directamente del txistulari Antonio Elizalde el año 1923 y lo escribió para piano en Santiago de Chile el año 1940, pero ahora lo publica por primera vez. Era un baile desaparecido, cuya coreografía única- ' mente la sabía un igureña (guardabosques) de Errazu, apellidado Goñi. El mismo Antonio Elizalde aprendió los pasos de Tellarín y los enseñó a los jóvenes de Errazu. La copia se hizo sobre el gran piano Erard del Colegio de Lecároz una tarde sombría del 18 de Noviembre de 1923. +* + e Quiero hacer constar mi gratitud a la familia Ibáñez-Santa María, en cuyo rico piano pude tra- bajar cómodamente, hasta ver terminada mi larga tarea. En el hermoso salón de grandes alfombras, adornado con cuadros famosos y lujosos muebles, sonó por primera vez esta SOKA-DANTZA DE BAZTAN. Y desde la alturita del Cerro Castillo, donde está la elegante mansión viñamarina, a través del muro de vidrio, ante la pérgola de las blancas colum- nas, se veían danzar las olas del Pacífico en una bella caleta, rodeada del perenne verdor de los árboles indígenas. Junto al piano, una Madona está cunando a su Niñito Dios y como arrullándolo con dulcísimo cantar, en alto relieve de mármol. Y el viejo misionero capuchino recuerda agradecido los días santos y hermosos de la misión de «Santa Adela», el fundo ubérrimo de la región del río Aconcagua, junto a los Andes. Durante la sencilla procesión final, sonaban jubilosamente la flauta y el tamborino, entre can- ciones sagradas y aclamaciones a Cristo Rey y a su Madre, Virgen María. EL AUTOR Viña del Mar (Chile) 1957 INV .

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