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¡adelantó andando sobre sus rodillas des- de el punto donde rezaba, es decir, desde las orillas del Gave hasta el fondo de la Gruta, que se hallaba á unos quince -— metros. Mientras subía aquella pendiente algo escarpada, oyó de los labios bendi- tísimos de la Virgen Santísima estas pa- labras: Penitencia, penitencia, peniten- cia, las cuales repetidas por Bernardita, fueron oidas muy distintamente por las personas que se hallaban á su paso. ORACIÓN PARA ESTE DÍA. Postrado ante él trono de vuestra ma- jestad, Dios mío, Yo imploro vuestra pie- dad y misericordia. Vengo á Vos arre- pentido, como el hijo pródigo, por haber- me alejado de Vos por el pecado. y qui- -—»siera borrar con mis lágrimas y aun con mi sangre las ofensas que os he hecho: ¡Perdón! Señor; no lo merezco, porque muchas veces he despreciado vuestra gra- cia y reincidido en las mismas culpas; pero en este día siento movido mi cora-
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