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o AR TARO 7 No se puede oir sin angustiarse tantas blasfemias horribles; no se puede mirar, sin exhalar un grito de dolor, la protfa- nación de los santos dias del Señor, con» vertidos hoy por la perversión de los hombres, en dias de laBor, de bacanales inmundas y orgías sangrientas. Las na- ciones se han levantado contra Cristo y su Iglesia; el error y la impiedad domi- nan por todas partes, y la sensualidad sube como una ola, sobre la generación presente, amenazando sumergirlá. ¿Que hacer? Rogad á Dios,...Se pierden tan- tas almas" todos los dias....y ¿habrémos de estar ociosos? Este es uno de los fines de esta Archicofradia; pedir á Dios por log pecadores. ¿Lo cumplimos fiel- mente? ¿Dedicamos todos los dias un rato de oración por la disminución de las culpas? Meditemos en la tristeza que demostró en esta Aparición la Santísima Vírgen, y propongámonos disminuir los ¡pecados en noOSOtros y en nuestros prójimos y especialmente

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