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55 easa, de la que por la manana habia salido, joh que triste y cambiada le parecia! Dirige sus ojos 4 todas par- tes, mas ya no vé 4 su dulce y ama- do Hijo. jOh! jeon qué viveza y con, qué sentimientos de compasién considera las escenas de la Pasién de Jestis, que pocas” horas antes habfan pasado ante sus ojos! Si en las almas santas esta consideracién . produce efectos tan extraordinarios, mirada la Pasion & través de tantos siglos geuénto mayores y mas ex- traordinarios efectos produciria en la Virgen, considerandola tan re- — ciente y amando Ella 4 Jesits, como nadie después del Padre Eter- no podia amarle? jAh! jy qué no- che de dolor y de tristeza fué aque- lla para Maria! Dirigiéndose4 8. Juan, le diria: Juan, hijo mio, édénde esta tu Maestro? Después preguntaria 4 la Magdalena: Hija, dime, edonde esté tu amado? joh Dios! .quién nos lo ha quitado? 7 Lloraba Maria Santisima, lloraba

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