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13 Cudnto agrada 4 la Virgen San- tisima que sus devotos hagan me- moria y meditacién de sus dolores lo ha manifestado Ella misma en muchos casos que refieren las his- ‘torias y crénicas religiosas. Lloraba cierto dia un pecador 4 los piés de un crucifijo, pidien- do 4 Jesucristo le diese 4 cono- cer que estaba ya perdonado; mas como no consiguiese su deseo, se dirigié 4 la Virgen de los Dolores, la cual se le aparecié, y la vid que ofrecia sus lagrimas 4 Jesus, _diciéndole: «Hijo mio, ghabran de perderse estas lagrimas?» enten- diendo el pecador al mismo tiempo que le habian sido perdonados sus pecados. Para morir estaba cierto sacer- dote muy devoto de la Virgen de los Dolores. Apareciésele esta Se- flora, y sentada 4 su cabecera, con un maiuelo le enjugaba suavemen- te el sudor de la frente. gQuién sois Vos, Senora, pregunté el enfermo,
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