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PARTE HISTORICA | El agua que al principio tan ténue- mente brotaba de las entratfias de la tierra iba paulatinamente aumen- tandose hasta llegar a ser una fuente caudalosa. Las gentes, impulsadas por una secreta inspiracién, acudfan a beber de aquella agua, y hasta los enfermos, reputados por la ciencia muchos de ellos incurables, al ser banados, sanaban de sus dolencias. _ Con estos prodigios, el entusiasmo religioso y la devocién se acrecen- taban por momentos; y el pueblo, a pesar de que la Aparicién no habia dicho quién era, crefa que no podia ser otra que la Madre de Dios. Ber- nardita, que ansiaba también saber quién era la hermosa Sefiora, al verla el 25 de Marzo, como siempre, rodea- da de luz indescriptible y con una bondad sin igual, se atrevié a decirla: “Sefora, {tendréis la bondad de de- - _cirme quién sois y cual es vuestro ~ nombre?” -

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