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49 aquella cavidad abierta por la nifa tornése htimedo. Una agua miste- riosa comenz6 a filtrarse gota a gota bajo las manos de Bernardita, y a llenar aquel hueco del tamafio de un vaso que acababa de formarse. Aquella agua, al mezclarse con la tierra removida por las manos de la nifia no formaba en un principio més que barro. Bernardita traté por tres veces de llevar a sus labios aquel_ - cenagoso liquido; pero por tres veces fué tan fuerte su aversién, que lo arroj6 sin tener fuerzas para tragarlo. | No obstante queria ante todo obe- . decer a la radiante Aparicién, y a la cuarta vez, vencié su repugnancia, | bebid, se lavé, y comié un poco dela planta campestre que brotaba al pie de la roca. | Cuando Bernardita cumplié_ to- das las érdenes que habfa recibido, la Virgen fij6 en ella una mirada lle- ‘desatisfaccién; y a los pocos ins- Jats desaparecié. a ob t 7 ‘ ¥ : e (= > f ee * Be

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