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27 nardita sin perder de vista la Apari- cién, se volvié hacia sus compaferas; pero noté que la Virgen fij6 su mirada y detuvo largo rato su vista con com- placencia, en la joven que pertenecia a la Congregacién de Marfa. “La Sefiora te mira en este momento.” Antonia, (asf se llamaba la joven,) oyé con sumo gozo y como enagena- da con estas palabras, vivid, siempre con este recuerdo. . “Pregintala si la molestard que vengamos a acompaiarte’’. ‘“‘Pueden venir contigo, respondié la Santfisima Virgen, no sdélo ellas sino otras personas; deseo ver aquf mucha gente’. ORACION PARA ESTE DIA j Virgen Santisima de Lourdes! agradecido a los innumerables bene- ficios que por vuestra mediacién he recibido, y especialmente al de haber descendido del cielo a la tierra para llamarme, me ofrezco de nuevo a vuestro servicio, y 0s consagro mis

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