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sy tuviese. que comer Jos cueros de las vacas con que van forradas las antenas, he de pasar adelante y descubri- ré lo que he prometido al Emperador’’. La nave Concepcién, capitaneada por Elkano, se in- terné6 en una gran abertura rodeada por montanas muy altas; después de tres dias de navegacién, vol- _vié con la noticia de que se trataba de un largo es- _trecho, Magallanes ordené navegar por él; durante la _ travesia, la nave San Antonio, mandada por el por- tugués Gémez, se aparté de las nayes y se fugé, En veinte dias cruzaron el estrecho, que lleva el nombre del jefe de la expedicién. El] 27 de Noviem- bre de 1520 salieron del estrecho y entraron en el nuevo Océano. Con esto consiguieron lo que se habian propuesto: el hallazgo de un paso entre los dos Océa- nos. Los marinos lloraron de alegria y saludaron el nuevo mar con salvas de artilleria. Se debe recordar que los cafiones se habian fundido en Bilbao, y la pél- vora habia sido fabricada en Fuenterrabia. La travesia del mar Pacifico fué un heroismo con- tinuado hasta llegar a la isla de Los Ladrones (Ma- rianas). ‘‘Dura fué la travesia de aquel océano jamas surcado, y cuya anchura no podia Magallanes sospe- - char, porque nadie en su tiempo suponia existente en el globo tan inmensa masa de agua. Navegaron los in- trépidos descubridores semanas tras semanas; las pro- _ visiones faltaron; llegaron a comerse hasta el forro - de cuero de la parte baja del palo mayor y cuantas ratas habia a bordo’’. (C. Navarro y Lamarca: Hist. - Gener. de América). El 16 de Marzo llegé la flota a las islas de San La- zaro (Filipinas). En la isla de Cebii murié, a manos de ‘los salvajes, el gran marino Hernando de Magalla-. nes (27 de Abril de 1521) 224. Juan Sebastian de Elkano. — Este célebre ma-_ _-rino nacié en Getaria, en el afio de 1476. Desde nifio se acostumbré a la dura vida del mar. Toma parte en la expedicién de Magallanes como maestre de la Con- cepcién. Después de la muerte de Magallanes y de los que le sucedieron en el mando, fué nombrado jefe de la flota. Sélo qudaban ciento cincuenta hombres. La nave Concepcién fué abandonada por su estado ave- riado; la Trinidad se tuvo que quedar en las Molucas ‘para hacer reparaciones; después volveria a Espaiia por Panama. No pudo realizar este viaje. La nave Vic- toria, capitaneada por Elkano, empréndié sola la vuel- ta a Espafia el] 2 de Diciembre de 1521. Internandose en el mar, se dirigié al Cabo de Buena Esperanza. A ~ mediados de Mayo cruzé el Cabo y el 9 de Julio llegé a las islas de Cabo Verde. En estas islas los portugue- ses detuvieron en tierra a doce marinos, entre los que _. habia cuatro vaseos. El 6 de Septiembre fondearon en Sanlicar de Barrameda. El viaje habia durado tres fos, menos ecatorce dias; habian reqorrido datorce mil leguas. ‘La nave Victoria subiéd por el rio Guadalquivir al puerto de Sevilla, llevando a bordo a los diez y ocho marinos, tinicas supervivientes que tres ‘aos antes habian emprendido un viaje tan arriesgado. Todos llegaron enfermos de tan penosa navegaci6én. Cuando .desembarearon se dirigieron en’ procesién a la Iglesia Mayor, para dar gracias a Dios por haber terminado felizmente su viaje. El historiador antiguo Oviedo eseribié que ‘fel ca- mino que esta nave hizo fué la mayor y mas nueva cosa que desde que Dios crié al primer hombre y com- puso el mundo hasta nuestros dias se ha visto, y no se ha oido ni escrito cosa de mas de notar en todas las navegaciones’’. i La nave Victoria fué la primera en dar la vuelta al mundo. Carlos V premié a Elkano con quinientos du- cados de oro; le autorizé, ademas, a usar un eseudo de armas coronado de un mundo con esta inseripcién: ‘“Primus cireundedisti me’’. (Ta has sido el primero en rodearme). Los marinos vascos que dieron la vuelta al mundo fueron ocho: Juan Sebastian de Elkano, capitan, de Getaria. Juan de Akurio, conitramalestre, de Bermeo. Juan de Arratia, contramaestre, de Bermeo. Juan de Zubieta, paje, de Barakaldo. Martin de Intxaurraga, piloto, de Bermeo. Pedro de Indartxi, grumete, de Bermeo. Lorenzo de Irufia, marino, guipuzkoano. Pedro de Tolosa, ‘grumete, de Tolosa. Los cuatro altimos formaban parte de los detenidos por los portugueses en Cabo Verde, y que poco des- pués fueron conducidos a Espafia. Poco tiempo estuvo ocioso Elkano. El 24 de Julio de 1525, salia de otra expedicién del puerto de la Co- rufa (Galicia), en direecién a las Molucas. Se eompo- nia la flota de siete naves: ‘Santa Maria de la Victo- ria, Sancti Spiritus, Anunciada, ‘San Gabriel, Santa Maria ‘del Parral, San Lesmes y Santiago. Cuatro de estos navios fueron construidos en Bizkaya; los otros en Galicia. Sebastian de Elkano miandaba la nave Sancti Spiritus; iba también como piloto mayor de la expedicién. Unos treinta marinos vascos participaban en el viaje, siendo los més famosos Elkano, Andrés de Urdaneta, de Villafranca; Martin Ifiguez, de Kar- kizano, de Elgoibar; iban también dos hermanos de Elkano y varios parientes. E] nimero de todos los ma- rinos llegaba a cuatrocientos cincuenta. Antes de pasar el Estrecho de Magallanes, sufrie- ron horrorosas tempestades; sé6lo cuatro navios ¢con- siguieron penetrar en el Pacifico. A poco de eruzar ‘el estrecho sobrevino otra tempestad, que dispers6 las naves de modo que no volvieron a reunirse. Otra des- gracia afligié a los marinos. El jefe de la expedicién, Garcia Jofre de Loaysa, murié de esecorbuto, el 30 de Julio; a los pocos dias moria de la misma enfermedad Sebastian de Elkano, que habia sucedido a Loaysa en el mando. Era el 4 de Aigosto de 1526. ‘La suerte de las naves fué muy diversa: la Sancti Spiritus se estrellé en las rocas del Cabo Virgenes, al sur de la Patagonia; la San Gabriel, separada de las demas por las tempestades, se volvié6 a Espafia; la Anunciada, imposibilitada de pasar el Estrecho de Ma- gallanes, quiso ir a las Molucas doblando el Cabo de Buena Esperanza; pero muerto el piloto y rotas las velas y jarcia, floté por el océano hasta que desapa- recié; la Santiago pudo llegar por el Pacifico hasta —
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