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alibi LECCION VIGESIMA SUMARIO.—Intentan los reyes de Nabarra recuperrar el tro- no. — Unién de ‘Nabarra a la Corona de Castilla. — Nuevos intentos a la muerte de don Fernando. —Se renuevan en tiempos de Carlos V. — Conse- cuencias de la conquista. 111. Intentan los reyes de Nabarra recuperar el tro- no, — Comenzada la invasién en Julio, eran los caste- lanos duefios de Nabarra en el mes de Septiembre. Los reyes de Francia y Nabarra reunieron un fuerte ejército, y mientras los agramonteses se sublevaban contra el usurpador, los beaumonteses le daban ayuda. El ejército del rey de Navarra se componia de bear- -neses, albaneses y’ alemanes; los nabarros formaban parte principal. Pusieron sitio a Pamplona; pero se vieron precisados a retirarse; en el puerto de Belate fueron acuchillados los alemanes por los guipuzkoa- nos; éstos les tomaron doce ecafones, que figuran en el eseudo de Gipuzkoa. (1). Don Fernando quiso hacer olvidar su atropello con un gobierno prudente y juicioso. ‘Al traidor Conde de Lerin no le concedié gracia alguna extraordinaria. En Diciembre del mismo afio de 1512 nombré Virrey de Nabarra a don Diego Fernandez de Cérdoba, aleaide de los Donceles, quien por mandato de don Fernando jur6 gobernar Nabarra con arreglo a las leyes del Reino. ; En 1514 le juré fidelidad la Benabarra. Nabarra or-maba parte desde 1512 a 1515 de la \Corona de -Aragén. 112, Unioén de Nabarra a la Corona de Castilla. —- Esta situacién de Nabarra disgustaba a los castella- nos, con cuya fuerza y dinero se habia hecho la con- - quista. Por esto, resolvié6 don Fernando inecorporar el _ Reino de Nabarra a la‘Corona de Castilla. Para esto, _ reunidas Jas Cortes castellanas en la ciudad de Bur- gos el 11 de Junio de 1515, se hizo solemnemente la anexién de] Reino de Nabarra a la Corona de doa Isabel y de sus sucesores. Los tres Embajadores na-~ barros que se hallaban en Burgos, no tomaron parte en el acto de la incorporacién. Don Fernando ratificé el acto en 7 de Julio. (2). Es preciso no olvidar el ecarécter de la unién entre Nabarra y Castilla. Nabarra no perdié nada de lo que esencialmente constituia su libertad. Siguié legislan- dose por si misma en sus \Cortes, administrando justi- Cia por si misma y pagando tributos sélo para las ne- cesidades del Reino. El tnico lazo que le unia a Cas- tilla era la comunidad de Rey, el eual, al mismo tiem- po que era de Castilla, lo era de Nabarra. La unién con Castilla era personal. Mas que completa pérdida de la independencia politica fué cambio de dinastia; _ lo que perdieron los nabarros de hecho fué la facultad de elegir sus reyes, pues desde entonces en adelante serian sus monarecas los de Castilla. Estos debian al principio de su reinado jurar so- lemnemente los Fueros, es decir, la Constitucié nde Nabarra. Asi vino cumpliéndose hasta 1834, afig en el cual la reina de Espana, Isabel II de Castilla y I de Nabarra, fué la filtima persona rea] que cumplié esa obligacién. ee aah ihe icici aia Oe Hay que tener en cuenta que al hacer don Fernando la incorporacién de Nabarra a la Corona de Castilia no tuvo cuidado de establecer la misma norma de 3u- cesion a la Corona de ambos Reinos; de modo aue desde el siglo XVII la ley de sucesién de Nabarra y de Espafia fué distinta, pues mientras en Espafia s® quité a las mujeres el derecho de reinar, en Nabarra se conserv6 la ley antigua, opuesta a la ley Salica. (3). Bl ecardcter de la unién esta definido en la ley de la Novisima Recopilacién: ‘La incorporacién de Na- barra a la Corona de Castilla fué por via de unién eqiie-principal, reteniendo cada una su naturaleza an- tigua, asi en leyes como en territorio y gobierno’’. (Ley 38; t. 8, 1. 1.) Don Fernando el Catélico murié poco después de la incorporacién en 1516 (23 de enero); el Rey de Na- barra acabé sus dias en el castillo de Esgoarrabaque — el 17 de Junio de 1516; la Reina de Nabarra dona Ca- talina le siguié e] 12 de Febrero de 1517. 113, Nuevas tentativas a la muerte de don Fernan- do. — A la muerte de don Fernando el Catélico se animaron los patriotas nabarros a recuperar el trono para sus reyes legitimos. La ocasién parecia buena, pues muchos de los beaumonteses se hallaban disgusta- dos de ‘Castilla y querian reponer a los legitimos mo- narcas. ; ~ Los vascos continentales y los bearneses comenza- ron la lucha y tomaron San Juan Pie de Puerto. El Mariseal de Nabarra, don Pedro, jefe del partido agra- montés, se puso all frente de 1.200 hombres; pero fué vencido en el valle de Ronkal y tomado prisionero por el capitan castellano Cristébal Villalba. (23 de mar- zo de 1516). ’ Suecedia esto cuando el famoso Cardenal Francisco de Cisneros gobernaba, como Regente, los reinos de Espafia. Era de grandes talentos politicos; pero am- bicioso y duro de caracter (4). Era el hombre que Castilla necesitaba para sofocar aquel movimiento pa- triota nabarro. Encontré un instrumento apto para sus planes antinabarros en el capitan Villalba; solda- do endurecido en las guerras de Italia, gran partida- rio del régimen del terror. Villalba, con columnas vo- lantes de soldados, cumplié ail pie de la letra las 6r- denes de Cisneros, quien habia dispuesto que todos los eastillos de Nabarra fueran destruidos, excepto ¢l de Pamplona, San Juan, Maya y Roncesvalles. ‘‘ Asi ningtin nabarro no osara sublevarse’’ (5). Villalba in- cendié sembrados, talé6 campos, destruy6 pueblos, ane- m6 castillos y fortalezas; los mismos templos y mo- nasterios, como el de Olite, de Religiosos Francisca- nos, sufrieron sus odios; a nada, ni nadie respeté. El y Cisneros fueron los verdugos de Nabarra. En la de- fensa de] castillo de Falees se hizo notable en Naba- rra dofa Ana de Velasco, la cual levanté el puente levadizo e hizo frente a los emisarios de Cisneros. Era tanta la safia de \Cisneros contra los nabarros, que abrigé6 el pensamiento de trasladarlos a todos a Andalucia y poblar Nabarro con los moriscos de las Alpujarras. (6). Cisneros y Villalba impusieron a Nabarra el régi- men del terror. El] mas: antiguo biégrafo de Cisneros describe asi. Ja desolacién de los nabarros por la des- aA Se
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