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(5) Don Arturo Campién cuenta en “Buskariana” (quinta e), una tradicién por é1 recogida de labios de un la- dor de Olite, llamado Miguel Leoz: “En sustancia su ato decia que Mosén Pierres “el de Peralta”, maté al bispo de Pamplona; que no habia en Nabarra entera “cu- ta ni fraile que le pudiera echar la absolucién”; que se puso en camino para ir a Roma y alcanzarla, pasando muchos tra- ‘Dbajos en el viaje; que tampoco en Roma los Cardenales y tos Obispos le quisieron absolver; que un hombre de aquella tierra muy “agudo”, le dijo cémo se habfa de valer para que “nada menos que el Papa” le absolviese; que siguiendo las ‘advertencias recibidas, un dia que el Papa venia paseando por ja orilla del rio, Mosén Pierres se eché al agua, y sus ados comenzaron 4 alborotar gritando: “Padre Santo, Pa- ‘dre Santo, un hombre se ahoga, dignaos “echarle la abso- 4 m, Pues no sabemos si le sacaremos con vida”; que el Papa se acercé al sitio donde Mosén Pierres se zambullia y bendijo diciendo en alta voz, de modo que todos le oyeraa: “Yo te absuelvo, siempre que no seas Mosén Pierres, el de eralta”. (pag. 74). LEOCION DECIMA NOVENA MARIO.—Némina de los Reyes de la Casa de Foix. — Don Fernando prepara la conquista de Nabarra. — Entra el Duque de Alba en Nabarra. — Manifies- to de don Fernando. — Aplica falsamente un do- cumento del Papa. — Inventa una Bula pontifi- cia. — Opini6n de los historiadores. 104, Némina de los Reyes de la Casa de Foix. — Don © Francisco I, Febo (1479-1483). Dofia Catalina I (1483- » 1517), y don Juan IT de Albrit 1486-1516). : A dotia Leonor I sucedié su nieto don Francisco [, Febo, nifio de doce afios. Ayudado de su madre Mag- alena, hermana del rey de Francia, Luis XI, y de su tio e] Cardenal Pedro de Foix, se dedicé a hacer des- aparecer los bandos de agramonteses y beaumonteses; ) prohibié bajo pena de muerte llamarse con esas de- - nominaciones. El 6 de Noviembre fué coronado en la Catedral de ‘Pamplona. Era muy aficionado a la misica y a la> “artes. Murié en su castillo de Pau el 29 de Enero de 483. ' §$u hermana, dofia Catalina I, sucedié a Francisee | ' Febo; tenia Catalina trece afios. La cuestién de su ‘matrimonio dividié hondamente a los nabarros e in- “teres6 a las Cortes de Castilla y de Francia. Por fin, se ¢as6 con don Juan de Albrit (14 de Junio de 1484). _ A los diez dias juraron los Fueros y fueron corona- los (13 de Enero); pero don Luis de Beaumont, Con- destable de Nabarra, les hizo ver su poderio cerran- oles las puertas de Pamplona y obligdindoles a pa- sar las Navidades en la villa cercan de Egiies. Poco tiempo después fué desterrado el Conde de Lerin porque removia las discordias de los bandos; ero en el afio 1500 fué perdonado por los reyes de Nabarra. . En 1506 removié de nuevo el Conde toda Nabarra eon sus beaumonteses. Abandonado de sus favorece- “dores, los reyes de Francia y de Castilla, se retiro a Aragén. Murié el 16 de Noviembre de 1508, y fué en- errado en Veruela. Su epitafio decia: ‘‘En un cuer- po tan pequefio nunca se vid tanta fuerza’’. (1) 105. Don Fernando prepara la conquista de Naba. . — A principio de 1510 todo indicaba que el Reino de Nabarra corria hacia el abismo. Por eso, reunidas Cortes, recordaron a todos los nabarros la obliga- 7 Ts le ceeBO Ss em EO cién en que estaban de acudir a las armas en caso de invasién; y quedaron en obligacién ‘‘por este presen- te ao... de ir con sus personas y haciendas todos en su servicio (de los Reyes) y defensién del Reino’’. Don Luis III, Conde de Lerin, se hallaba desterra- do del Reino por traidor. Sus secuaces, los beaumonte- ses, formaron sociedades secretas, que extendieron por todo el Reino, e hicieron grande oposicién en las Cor- tes a la concesién de subsidios para la defensa del Rei- no. Se llamaban a si mismos los ‘‘homecillos’’; este era su nombre de guerra. (2). El rey de Castilla, don Fernando, no disimulaba sus intenciones de apoderar- se del Reino. Para su empeho empleéd todos los me- dios a su aleance, sin reparar en su legitimidad. A sa hijo bastardo, don Alfonso, Arzobispo de Zaragoza, Je aconsejaba también que se apoderase de Nabarra; el traidor don Luis de Beaumont le prestaba su ayuda. Como éste, en su impaciencia comprometia los planes- de don Fernando, se vié éste obligado a recordarle que habia sido convenido que-irian apoderandose del Rei- no ‘“‘por furto’’; de varios documentos se deduce que los métodos en que se habia convenido eran los de ‘‘farto, trato y mafiana’’, A los guipuzkoanos se les avisé que estuvieran preparados para acudir al pri- mer Jamamiento. En 1512 don Fernando declaré la guerra al rey de Francia, Luis XII. Aproveché la ocasién de realizar lo que tanto anhelaba. Exigié de Nabarra Ja neutrali- dad; en prenda de ella pidiéd que le entregaran el Principe de Viana, don Enrique; en negociaciones pos- teriores pretendié que en lugar de la persona del Prin- - cipe, heredero de la Corona, le entregaran seis easti- Nos, euyos gobernadores serian elegidos por él mis- mo; el famoso Obispo Antonio Acufia (3) y el General inglés John Still se presentaron en Pamplona exigién- do a Nabarra de parte de don Fernando, paso libre para las tropas castellanas, y las tres fortalezas de Es- tella, Amayur y San Juan de Pie de Puerto (4), para asegurar el paso de Jos castelfanos. E] Mariscal de Na- barra, don Pedro, rechaz6 sus proposiciones en la re- unién de Burgos. Dos Fernando le dijo ‘“‘que tomaria de fuerza lo que de negaban de buen grado’’. Mientras se llevaban a cabo estas negociaciones no cesaba don Fernando de ir reuniendo tropas en las fronteras de Nabarra, por lo cual se juntaron las Cor- tes, y después de quejarse de aquellos preparativos de los eastellanos, alistaron 300 caballos y 4.000 soldados, proclamando poco después el ‘‘apellido general’’, (5). Don Fernando, poco escrupuloso en sus medios, pu- blic6 un Tratado de Blois fingido, en el cual los reyes de Francia y de Nabarra aparecian entendidos para invadir Aragén y (Castilla. El legitimo Tratado de Blois establecia la neutralidad de Nabarra. (6). Todo el afan de don Fernando era buscar pretextos que externamente legitimaran sus planes. Pero sus tratos con don Luis de Beaumont, sus cartas parti- eulares manifestaban su intensién. Ademés, para ir a la Guyena, motivo de la guerra con Luis XII, no ne- cesitaba pasar por Nabarra; tenia facil camino por Gipuzkoa, unida, como sabemos, a la Corona de Casti- lla. E] mismo Cardenal Cisneros no veia la justicia de e, Fee.
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