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Nabarra; a don Luis, aunque por herencia le corres- pondia la Corona de Nabarra, se lo negaron, porque atin no habia jurado los Fueros, condicién esencial pa- ra gobernar legitimamente. 91. — Nabarra rechaza la ley Salica. — Una de las tribus de los Francos era la de los Salios. De aqui que se llame ley Sélica a la coleccién de leyes que los Re- _yes Merovingios hicieron escribir en latin desde los tiempos de Clodoveo hasta los de Dagoberto. Tuvo pa- ra los Francos un eardcter casi sagrado. Es la mas no- table y original de todas las que han regido los pue- blos de Germania. Se ha pretendido, aunque el texto de la ley Salica no autoriza a ello, que en ella se trata de dar reglas para Ja sucésién en el trono. Segtin esa ley, las muje- res serian privadas del derecho de ser elegidas para ley Sélica que Nabarra rechazé cuando se quiso apli- carla en un momento de su historia. (5). Al morir don Luis el Hutin (1315), dejé dos hijos: una nifia, dofia Juana, de su primera mujer dofia Mar- garita; y un nifio, don Juan, de su segunda esposa, dofia Clemencia. E] nifio, que devia sneeder a don Luis su padre, sélo viviéd ocho dias; entonces entraba en el derecho a la Corona de Nabarra su hermana dona Juana. — No obstante, sus dos tios, los reyes de Francia don Felipe el Largo y don Carlos el Calvo, le usurparou sucesivamente el trono, reinando de hecho en Naba- rra. Atendiendo los nabarros a los pocos afios de sn legitima Reina, sufrieron ellos usurpadores. _ En 1317 dofia Juana contrajo matrimonio con el Conde de Evreux, Felipe. Los nabarros comenzaron a tratar de entregar la ‘Corona a dofia Juana. Cuando murié e] rey de Francia, ‘Carlos el Calvo, las Cortes de Nabarra, a pesar de las reclamaciones del rey de Francia, Carlos de Valois (6), dieron el trono a su !e- gitima reina, doia Juana. : Las reclamaciones del rey de Francia fueron desoi- das, fundandose en que Ja ley Sélica era contraria a lo que proponian las leyes del Reino, y en que debian fidelidad a sus legitimos reyes. Las (Cortes declararon como legitima Reina a dofa Juana, y por derecho de de ella. La alegria en el Reino fué tan grande, que de todas _ partes acudieron a las fiestas de la proclamacién: no _ habiendo lugar capaz de reunir tan erecido ntimero . de asistentes, se celebré la coronacién al aire libre. 3 92. Los Infanzones de Obanos, — En las luchas ane los nabarros sostuvieron en contra de las tendencias absolutistas de los Teobaldos y de los reyes de ‘la Casa de Francia, se hicieron notables las Juntas de los In- fanzones. Ellas dieron hermosos ejemplos de_patrio- tismo. (7). ' Las primeras noticias que tenemos de los Infanzo- nes se remontan a los tiempos de don Sancho el Fuer- te. En un principio aparece la Junta como una con- federacién de infanzones y labradores para castigar los desmanes de cierto caballero don Inigo Martinez de Subiza; Sancho el Fuerte dié amplias facultades para castigar aquellos excesos. El Rey mismo los puso ais NES oT deep © eee ts ee tee Me eae J ahe eahages eRe sereererne sae regir los Estados. Tal es el significado de la famosa matrimonio a don Felipe de Evreux, legitimo consorte — PETE bajo la proteccién de uno de los mas poderosos ¢a- balleros de la Corte, don Garcia Almorabid el Viejo. Los Presidentes, o Buruzagiak, eran elegidos por la Junta; pero el rey debia confirmar la eleccién; en tiempos posteriores los Infanzones no pedian la eon- firmacién del rey. El lugar de las reuniones era muy variado; no obstante, el pueblo preferido fué el de Obanos. De aqui el nombre de Infanzones de Oba- nos. (8). Hasta el tiempo de los Teobaldos conservé su earac- bi de defensora del orden y ecastigadora de crimina- ~ es. (9). ; (Mas, desde que entraron a reinar los Teobaldos, lle- vando al Reino practicas de gobierno aborrecidas por los nabarros, inmediatamente cambié el caracter de la Junta; adquiriéd entonces una tendencia sefalada de oposicién all absolutismo de los Reyes.. Don Teobaldo I miré con malos ojos la celebracién de aquellas Juntas. Para deshacerlas, acudié a mu- chos medios, hasta el de exigir del Sumo Pontifice que excomulgara a los Infanzones, como miembros que eran de confederaciones ilicitas. Los Infanzones se reunie- ron en Obanos; enojése e] Rey; mandé sus mensajeros para que disolvieran la reunién, pero Jos Infanzones dejando ‘‘la carne que bullia en las ecalderas’’, huye- ron todos de Obanos. (10). Por segunda vez mandé el Rey sus mensajeros contra los Infanzones, reunidos de nuevo en Obanos; mas los Infanzones levantaron un gran alboroto contra los enviados reales, los cuales huyeron a Puente la Reina y se encerraron en esta villa. Don Teobaldo II persiguié atin mas a la Junta. Pe- ro los Infanzones acentuaron su oposicién al Rey, nom- brando un Buruzagi sin consentimiento del Rey. En este tiempo formaban parte de la Junta los labrado- res, colocados en abierta oposicién a don Teobaldo. En la lucha contra Eustaquio de Beaumarche estu- vieron los Infanzones de parte de los burgos de San Cernin y San Nicolds. Tenia entonces tanto poder Ja Junta, que, estando reunidos muchos Infanzones de distintos pueblos, juraron ayudarse y defender a Na- barra si algan hombre poderoso viniese sobre e] Reino. Sin duda que con estas palabras aludian a los Gober- nadores que mandaban de Francia. La conducta de los reyes de Francia, don Felipe y don Carlos, queriendo aplicar a Nabarra la ley Sa- lica, dié atin mayor fuerza a la Junta de Infanzones, los cuales, reunidos en gran nimero en Puente la Rei- na (1328), juraron ide goardar al dicho reino de Na- barra para qui debe regnar. En los afios siguientes fué decayendo la Junta, que se vid. perseguida por los reyes y gobernadores fran- ceses. Las multas y la prisién caian sobre los afiliados a la Junta. De los documentos que sobre este asunto se conservan, se deduce que la-mayor parte de los sa- cerdotes nabarros estaban afiliados a la Junta de In- fanzones, a pesar de la resistencia ‘de los Obispos y de las Cartas de Gregorio [X. También encontramos mul- titud de hombres del pueblo a juzgar por los oficios que desempefiaban, lo cual indica que en la resisten- cia al poder rea] no se trataba de defender intereses 4
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