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LECCION DECIMA SEXTA ARIO.—N6mina de los Reyes de la Casa de Francia. — Los bandos de Pamplona. — Noticia de los Reyes de esta Dinastia. — Nabarra rechaza la ley SAli- ca. — Los Infanzones de Obanos. — Juicio sobre esta Dinastia. ‘ Nomina de los Reyes de la Dinastia de Francia.— a Juana I, esposa de Felipe el Hermoso, rey de Gia (1274-1305) ; 2° Luis el Hutin, rey de Francia de Nabarra (1305- 1315); 3° Juan I, el Péstumo 815); 4° dofia Juana II. esposa de Felipe IT, el No- le, eonde Evreux y Angulema (1328-1349). Los bandos de Pamplona. — Para conocer per- mente los sucesos de fin del siglo XIII y princei- del XIV, ayuda mucho saber el estado de la ciu- “de Pamplona en aquellos tiempos. La ciudad se a en cuatro barrios o burgos: la Nabarreria, San , San Saturnino y San Miguel. (1). Paltonao el Batallador, formé el burgo de San ino o San Fermin, con familias franeas, que de Cahors. ‘odos estos lugares se hacian guerras muy crueles. § distintos barrios tenian sus murallas y fortalezas efensa. Don Sancho el Fuerte y el Obispo de Pam- , don Remigio de Nabarra,.consiguieron apaci- los burgos entre si. Las principales estipulacio- fueron: que olvidasen todos los mutuos incendios estrucciones de casas; que los mayores de siete juraran no quebrantar Ja paz; que no edificasen as en forma de castillo; que se unieran todos eon- el que intentase pe rturbar Ja paz. (2). A pesar de este arreglo se renovaron frecuentemen- | las diseordias civiles, Se apagaron definitivamente Hlempos posteriores. A causa casi principa] de aquellas luchas intesti- hay que buscarla en Ja presencia de los francos, cuales tenian privilegios de los que ecarecian los arros. El burgo de San Cernin, poblado de fran- Heg6 hasta a expulsar de su compafiia a todos _nabarros; se comprometieron, ademas, a no per- tir que entre ellos viviera quien no fuera Franco hijo de Franco, y a no-ensefiar determinados oficios nabarros. 0. Noticia de los Reyes de esta Dinastia. — Doma na I pertenecia en rigor, a la Casa de Champagne, ser hija de don Enrique I. Durante la menor edad dona Juana goberné su madre dofia Blanca de tois. ios Reyes de Castilla y de Aragén preten- Hieron la tutela de la nifia para que em st’ mayor edad : udieran casarla con Principes de sus respectivas fa- ias. Esos Reyes supieron interesar a los principales ca- Dalleros nabarros en su favor. Don Pedro de Monta- it, senor de Cascante, patrocinaba la amistad con rey de Aragén; don Gareia Almorabid era partida- de la amistad con el de Castilla. La Reina Regente, dofa Blanea, junté Cortes en Olite, y con el parecer de todos nombro Regente del Reino a don Pedro de Montagut (1274). Despechado don Garcia Almorabid, removiéd las discordias de los burgos de Pamplona, presenténdose como defensor de la Nabarreria. Entoneces dofia Blanca se retirs con su hija a la Cor- te del rey de Francia, buscando la proteccién de su primo, don Felipe IIT. Lejos: de los partidos politicos de Nabarra convino dofia Blanea con don Felipe en que dofia Juana se casaria con don Felipe, primogéni- to del rey de Francia, y que llevaba e] mismo nombre. Dofia Juana renuncié la tutela de la reina de Nabarra en el rey de Francia. Este envié a Nabarra, como su representante, al Ca- ballero Eustaquio de Beaumarche, que era enérgico y prudente. Entonces se unieron los partidarios de Mon- tagut y de Almorabid, y juntos resistieron al Gobez- nador impuesto por el rey de Francia, tutor de dofa Juana. Pamplona presencié los horrores de la lucha. Almorabid se apoyaba en el burgo de la Nabarreria; Beaumarche en los de San Cernin y San Nicolas, mo- radas de franceses. Viendo Montagut que peligraba el trono, quiso retirarse; pero fué asesinado por Al- morabid. Eustaquio de Beaumarche pidié auxilio al rey de Francia, don Felipe, quien enviéd numerosas tro- pas. El ejército castellano, que habia llegado hasta las pueey de Pamplona para ayudar a Almorabid, se retiré. La expedicién militar francesa se present6 impo- nente ante los muros de Pamplona. Almorabid y al- gunos otros jefes huyeron de noche, mientras el pue- blo de la Nabarreria se entregaba ala alegria. Los franeeses entraron en la ciudad y saquearon con la més inaudita barbarie el burgo de la Nabarreria: los incendios, degiiellos, robos, violaciones fueron el ¢cas- tigo que impusieron a la Nabarreria. Los Jefes que no habian huido fueron conducidos a la fortaleza de Tie- bas y alli ejecutados. ‘‘Y sir Eustaqunio fué a con- ‘templar a los traidores y a todos los que le habian da- do pena y fastidio los hizo colgar por el gaznate y enforear; y a todos los otros les encerré en Tiebas y morir de dolor y alli languidecer y jamds he visto a hombre vengarse tan~bien’’. (Guillermo Annelier: Cen, : to XCVIIT). (3). El matrimonio de dofia Juana con Felipe e] Hermo- so de Francia se celebré en 1284. Con este casamiento quedé dofia Juana Reina propietaria de Nabarra y *s- posa del rey de Francia. Don Luis el Hutin sucedié a su madre dota Juana en el ano 1305. (4). Es de notar la aectitud de los nabarros en esta oca-' sy sién. Cuando dieron la noticia de la muerte de su Rei- na al rey de Francia y a su hijo, a ninguno de ellos dieron el titulo de rey. A don Felipe el Hermoso por- que no era rey de Nabarra sino esposo de la reina de ee ee
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