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F: ree ee het re SRO Jeen nombres de extranjeros, y aun pocos entre los castiga- dos por esa falta. Lo que ‘ize Aymeric sobre este asunto no es verdad. LECCION DECIMA QUINTA ss SUMARIO. —Némina de los Reyes de la Casa de Champag- ne. — Breve noticia de ellos. — Lucha entre la nobleza nabarra y el rey. — Juicio sobre esta di- nastia. 84. Némina de los Reyes de esta dinastia. — 1° Don Teobaldo I, Conde de Champagne (1234-1253) ; 2° Don Teobaldo I (1253-1270) ; 3° Enriuue I (1272- 1274), 85. Breve noticia de ellos. — A la muerte de San- - cho el Fuerte entré a reinar en Nabarra una dinastia de origen extranjero, la de los Condes de Champagne (1). Esta introdueccién de extranjeros en el gobierno de Nabarra era la demostracién de los inconvenientes que llevaba consigo la institucién de la Monarquia he; reditaria entre los nabarros. Don Teobaldo fué el primero que empuné el cetro nabarro. Era sobrino carnal de Sancho el Fuerte, quien le trajo a Nabarra en los diltimos afios para que se acostumbrara al manejo de los negocios. Tio y s0- brino no tenian igual cardacter. Sancho el Fuerte era ya viejo, hurafio, misintropo y guerrero; don Teobal- do era joven, poeta, elegante y pacifico. Don Sancho e] Fuerte estuvo a punto de desheredarle del trono, y entregar la corona al rey de Aragén, Jaime I. De don Teobaldo decia: ‘‘Nos ha devuelto mal por bien y se porta tan mal con Nos que ha llegado a conspirar con nuestros hombres de Nabarra para destronarnosy alzarse rey.’’ ' Sus planes no se llevaron a cabo porque después de muerto, las Cortes de Nabarra proclamaron a don Teo- baldo, juréndole fidelidad y ungiéndole en la Gate- dral de Pamplona. Don Teobaldo I emprendié en 1239 la séptima Cru- zada a Tierra Santa (2); conducia guerreros naba- rros y franceses; los ingleses iban al mando de Ricar-. do Cornuailles. La Cruzada fracasé6 por completo. Los nabarros se distinguieron en el paso del monte Tauro. Don Teobaldo fomenté la agricultura; atendié tam- bién al aumento de la poblacién, llevando a Nabarra bastantes familias de (Champagne. Don Teobaldo II sucedié a su padre a la edad de eatorce afios. En 1258 se casé con la hija de San Luis, Rey de Francia, llamada Isabel. En esa ocasién les re- gal6 San Luis una espina de la Corona del Salvador, que levaron a la Catedral de Pamplona. En cOmpafiias de su esposa y de San LImis marché don Teobaldo a la diltima Cruzada, que no tuvo éxi- to. San Luis murié junto a Tiinez a causa de la peste, que se cebé en el eiército; don Teobaldo fallecié mien- tras regresaba a Nabarra; su esposa Isabel murié al poco tiempo de pena. _ Don Teobaldo II favorecié la construecién del con- vento de Santo Domingo de Estella, un bellisimo mo- numento de estilo ojival. Durante la Edad Media fué lugar famoso de estudios de los P.P. Dominicos. Se a - ate eree que el edificio esta emplazado en el mismo lugar que ocupaba una sinagoga de los judios: ° Don Enrique I era hermano de don Teobaldo I. De- bido a su vida licenciosa con una joven de la Benaba- rra fué desterrado del Reino por su hermano, quien ademas ordené a muchos pueblos que no le recibiesen ni a él, ni a los acompafantes. Se casé6, al fin, con Blanca de Artois, sobrina carnal de San Luis, Rey de Francia. Mientras don Teobaldo estaba ausente dgl Reino durante la Cruzada quedé6 don Enrique como Regen- te; Castilla trabaj6 mucho para conseguir su amis- tad; pero don Enrique se porté dignamerite, exigien- do primero que Castilla devolviera a Nabarra, Alaba y Gipuzkoa, que Alfonso VIII habia apartado del Rei- no de Nabarra en tiempo de Sancho el Fuerte. Después mudé de politica don Enrique y se hizo amigo de Castilla. En 25 de Septiembre de 1272 se concert6 el enlace de su hijo Teobaldo, nifio en pa- fiales, con una hija de don Alfonso el Sabio. Este ma- trimonio no se llegé a verificar, porque el Infante don Teobaldo perecié despefiado en el castillo de Estella. 86. Lucha entre la nobleza Nabarra y el Rey. — Siendo los Teobaldos oriundos de Francia, llevaban eonsigo los gustos politicos propios del cardcter fran- eés. Eran, por lo tanto, centralistas. amigos de la su- premacia real sobre cualquier otro poder. Querian gobernar a Nabarra como gobernaban su (Condado de Champagne. “Pero pronto chocaron con Jos nabarros cuya liber- tad de accién deseaban disminuir, no haciendo caso de las costumbres, de los privilegios, de los euales go- zaban muchos nabarros, cuya clase influyente estaba formada por los campesinos. mandados y dirigidos por unos cuantos de mas influencia. Queriendo los Teobaldos reducir todo a la unidad se encontraron en su camino con los nabarros, cuyo individualismo se veria amenazado. Ya don Teobaldo I se opuso desde el principio de su reinado al aumento de la clase nobiliaria, porque los nobles estaban exentos del pago de impuestos; exi- gid para su fin pruebas mds numerosas que las esta- blecidas por la costumbre, la cual no requeria sino el testimonio de dos testigos. Los nobles se organizaron para resistir a los capri- chos del Rey; don Teobaldo, entonces acudié a un medio, que siempre en los siglos pasados ha dado re- sultados con los vasecos. Valiéndose de los méritos con- traidos en la perseeucién de los Maniqueos (3) y de la intimidad con el Sumo Pontifice, bajo cuya proteec- cién particular se habian puesto los Condes de Cham- pagne, pidié al Papa Gregorio TX auxilio contra los nobles. El Papa disolvié la unién de los nabarros, ¢a- lificeada en la Bula de ‘‘Confederaciones Ilicitas’’ (22 de Junio de 1235. Los nabarros se mantuvieron en su actitud, conviniendo, por fin, en someter el rey y los nabarros la solucién del conflicto al Sumo Pontifice. Cincuenta Caballeros se comprometieron a ejecutar la determinacién del Pontifice, aunque los demfs no la siguiesen.
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