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*® te LECCION SEPTIMA UMARIO.—Religi6n antigua de los vascos. — Evangeliza- cién de Euskadi. — Religiosidad de los vascos. — Santuarios principales. — Santos mas notables. 46. Religién antigua de los vascos. — Es un punto histérico muy oscuro el que se refiere a la religion que profesaban los vascos antes de abrazar el Cristianis- mo. (1). Apenas si hay noticias que nos den cuenta de la re- ligién primitiva de nuestros antepasados. Cada vez tie- ne menos defensores la opinién hasta ahora seguida de que los vascos eran monoteistas. Lo mAs seguro ‘es que su religién era completamente naturalista. Adora- rian a los elementos de la naturaleza en lo fragoso de los bosques; los plenilunios, sobre todo, serian dias consagrados de una manera especial: Segtin el testimonio del peregrino francés Aymeric - Pieaud, Hlamaban los nabarros a dios ‘‘urzi’’, que sig- nifica ‘‘trueno’’; a la luna ‘‘goiko’’, que significa ‘‘el de arriba’’; al jueves ‘‘orzegun’’ (dia del cielo); al viernes, ‘‘orzirala’’, en el cual entra también la pala- bra ‘‘urzi’’. Estos nombres parecen imdicar que ain conservaban los vascos, muchos reenerdos de su reli- gion antigua. Abundaban muchos los agoreros, los cuales tenian fama en la interpretacién del vuelo de las aves. (2). Lilegaban a ofrecer sacrificios humanos a sus divi- nidades. Sabemos esto por el poeta Prudencio, que vivié en \Calhorra en el siglo V. 47, Evangelizacién de Euskadi. — Es también un asunto histérico lleno de incertidumbres. Una de las tradiciones mas antiguas nos dice que el Apéstol San Pedro envié a un discipulo de Roma, lla- ' mado Saturnino, a predicar la fe cristiana a la ciudad © de Tolosa, en la Aquitania. Muchos paganos se hicie- ' ron cristianos gracias a las ensefanzas de Saturnino. © Uno de aquellos convertidos de nombre Honesto; fué » enviado por su maestro a ensefiar la fe a ‘la ciudad de ' Pamplona o Irufia. Llegé a la ciudad cuando los pa- ganos celebraban fiestas en honor de la diosa Diana. ' Honesto predicé a !a multitud; pronto tres romanos _ principales, Firmo, Fortunato y Fausto, abrazaron la religion cristiana, a cuyo ejemplo muchisimos se con- virtieron a la fe de Cristo. (3). Honesto conté su éxito a Saturnino, y los dos juntos - volvieron a Irufa. .Siguiendo la practica de los tiem- pos apostélicos, consagré Saturnino como primer Obis- po de los vascos a un hijo de Firmo, Hamado Fermin. Asi cuenta la tradicién la manera cémo se mtrodu- jo el Cristianismo en Nabarra. No hubo ningin derra- mamiento de sangre. De Pamplona se extendié la fe a gran parte de Na- barra. Otro centro de difusién cristiana fué la ciudad de Calahorra. Hacia el afio 457 ya tenia Obispo. Pero an- tes de que hubiera Sede episcopal en Calahorra, se ha- bia distinguido por su heroica comunidad cristiana. Contaba entre sus miembros a dos mirtires famosos, San Emeterio y Celedonio, El poeta Prudencjo dice on _ ’ a ee — pea ah age as, ea cs *. a x PB eS a ee que su tumba era uno de los centros que con mas ener- gia propagaba el Cristianismo en toda la Vasconia. Esa: influencia de la Sede episcopal de Calahorra y de sus dos martires. ha quedado viva en bastantes er- mitas que en Gipuzkoa y en Bizkaya se levantan desde esa época en honor de San Emeterio y San Celedo- nio. (4). Poco a poco se fué propagando el Cristianismo por los valles de Euskadi. El cambio de religié debié ser suave y tranquilo. Los vascos, al hacerse cristianos, no se desprendie- ron de su rudeza y supersticiones. Todavia en el si- glo VII se veia precisado San Prudencio, natural de Armentia, en Alaba, a trabajar por la conversacién de muchos vaseos y por él mejoramiento de las ¢os- © tumbres de otros. En el mismo siglo se hicieron famo- sos los vascos por odio y ferocidad, con ayudando al godo Froya, trataron las cosas sagradas, a los sacer- dotes y a los templos cristianos. En e] siglo [IX se distinguié mucho entre los vascos continentales San Leén, Obispo de Bayona, De los Obispados de Trufia, Bayona, Calahorra y Armentia se puede decir que fueron los centros principales de pro- pagacién del Cristianismo. Ya en los comienzos de la Edad Media eran cristianos casi todos los vascos. — ‘ 48. Religiosidad de los vascos. — E] Pueblo Vasco es niaturalmente religioso. No es su temperamento el de una religiosidad fandtica y atropelladora, Su _pie- dad ‘es sincera y convencida. Prueba de la profundidad de su fe, es la abundancia de Religiosos y Religiosas, peta a los sacerdotes, los cuales; por su parte, se han que salen de la familia vasea. Entre los vascos se res- hecho acreedores a ese respeto por sus vitrudes y su saber. Los templos son dignos del culto. En los primeros tiempos del Cristianismo, los lugares sagrados eran construcciones de madera. No queda ningiin vestigio de aquellas iglesias primitivas, Pero desde el siglo X comienzan a levantar templos de piedra, muchos de los cuales se mantienen ain en pie. Son sumamente interesantes por su bello estilo romdénico. En Alaba y en Nabarra abundan mucho. A medida que va avanzando la Edad Media progre- sa también la riqueza y amplitud de los templos. En el Reino de Nabarra se levantaron en ese tiempo fa- mosos Monasterios de Monjes, verdaderas obras de arte. Después del descubrimiento de América se enrique-_ . cieron muchos templos con los regalos que mandaban desde el Nuevo Mundo los vascos piadosos. El vaseo es amigo del esplendor en las solemnidades religiosas. Por esto, el culto se desarrolla con pompa. Nunea faltan buenos coros de miisica para solemnizar las fiestas; el pueblo, por-otra parte, gusta de cantar en la Iglesia. A las practicas de Religién acuden aun desde lejanos ecaserios, teniendo que sufrir molestias- de camino o del tiempo. —~ Las peregrinaciones a Santuarios populares son del agrado de todo vasco. En todas las regiones hay eé- lebres y antiguos templos consagrados por la piedad de los siglos, 19

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