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hidalgos por Adan, como é1 desnudos, a donde en vez de Baco sazonado, manzanos llenos de groseros fudos dan mosto insulso, siendo silla rica en vez de trono, el Arbol de Gernika. DON DIEGO Infantes, de mi Estado la aspereza conserva limpia la primera gloria que la did, en vez del Rey, naturaleza sin que sus rayas pase la vistoria. Un nieto de Noé le dié nobleza; _ que su hidalguia no es ejecutoria, ni mez¢la son su sangre, lengua o traje mOsaica infamia, que la ultraje. Cuatro barbaros tengo por vasallos a quien Roma jamais conquistar pudo que sin armas, sin muros, sin caballos, libres conservan su-valor desnudo, Montes de hierro habitan, que a estimallos, valiente en obras y en palabras mudo, a sus miras guardavades decoro, pues por su hierro Espana goza de oro. Si su aspereza tosca no cultiva avanzadas a Baco, haces a Ceres, es porque Venus huya, que lasciva hipoteca en sus frutos sus placeres. La encina heretlea, no la blanda oliva, teje coronas para sus mujeres que aunque diversas en el sexo y nombres en guerra y paz se igualan a sus_hombres. El Arbol de Gernika ha conservado la antigiiedad que ilustra a sus sefiores sin que tiranos le hayan deshojado ni haga sombre a confesos ni a triadores. En su tronco, no en silla real sentado nobles, puesto que pobres electores tan s6lo un sefor juran, cuyas leyes libres conservan de tiranos reyes. Pero ya en 1668 el embajador ruso, Pedro Ivano- vitch Potemkim, que pas6 por Gipuzkoa, ponderaba la cantidad de trigo y de frutos que se cosechaba. A principios de la Edad Moderna fué importado de América el maiz, El ilustre Padre Larramendi dice que se debid a Gonzalo de Barkaiztegui, natural de _Ernani. La introduccién del maiz contribuyé a hacer mas hermoso el paisaje, pues se roturaron muchos te- rrenos baldios, se arrancaron bosques, se sanearon mu- chas desembocaduras de rios. El maiz se hizo alimenio muy comin. El pan de maiz, en delgadas hojas, se llama ‘‘artoa’’, si esta cocido al horno, y ‘‘taloa’’, si a fuego vivo de llama. Este pan y la leche han cons- tituido hasta estos tiempos la base de la alimentacién. Actualmente se ha introducido mucho el pan de tr'i- go. (9). En todo tiempo ha sido el vasco amigo de comer bien; en nuestros dias, dada la situacién econémica general, la poblacién se alimenta bien y aun con re- galo. Sema sat Tits MeS 80. La bebida. — La bebida mas general ha sido y sigue siendo la ‘‘sagardua’’ (Sidra), bebida que se - obtiene de la manzana, ‘‘sagarra’’. Muchos apellidos, eomo Sagarra, Sagasti, Sagardia indican que es muy eonocida desde los tiempos antiguos. 31. Los vestidos. — En la manera de vestir ha ha- bido evoluciones muy radicales entre los vascos. Actualmente han quedado como earacteristicas del vasco las alpargatas y la boina. Es extrano que el vas- co se haya encarifado de las alpargatas viviendo en un pais tan lluvioso. Al vaseo no le agradan las de co- lor, sino que han de ser blaneas. Para los trabajos del campo y para andar por las montafias emplea las ‘‘abareas’’, especie de alpargatas de cuero a mediv eurtir; abiertas en la parte superior, se las sujeta con orreas que rodean la pierna. La boina (xtapel), no se extendié en Euskadi sino a principios del siglo XIX, en tiempos de la Primera Guerra Carlista. Durante ella los partidarios de Don Carlos las usaban de color rojo. De aqui el nombre de ‘‘txapel gorria’’. ANOTACIONES (1) Wentworth Webster naciéd en Uxbridge (Inglaterra), en 1828, y murié en Sara en 1907. Después de recorrer Hs- cocia, Alemania, Suiza, Reptblica Argentina, Egipto, fijé su residencia en Sara (Laburdi), en 1882, donde acabé sus dias. Durante su permanencia entre los vascos dedicé toda su a*- tividad a las cuestiones vascas, llegando a ser uno de los mds competentes en asuntos de nuestra raza. Escribié mul- titud de articulos en Revistas inglesas y francesas. Era granu admirador del Pueblo Vasco. ; (2) Aimeye Picaud, del cual parece ser el Cédice Com-_ postelano. Hse libro es una guia para los peregrinos que de Francia iban al sepulcro de Santiago de Compostela. Su plu- ma atac6é duramente a los nabarros. ; Sobre el punto del texto dice: ‘iLos nabarros y los vascos son de una misma semeéjanza y cualidad en la comida, ves- tido y lenguaje; pero los vascos son de cara mas blanca que wed nabarros”. Vascos Hamaba 64] a los nabarros de las mon- as, (3) “Los frutos pueden estar en los campos y los gana- dos pastar en éstos por la noche, sin otra guarda que la del séptimo Mandamiento de la Ley de Dios’. (Informe emitido por una Comisién en la ‘Exposicién de Paris de 1867). Sobre su instinto social cuenta Campién: “Corria el aiio 1870. ‘La guerra franco-prusiana habia desatado todas las utopias. Un tal Cantagrel, buhonero marsellés, en una posa- da de Azparren (Laburdi), un dia de mercado predicaba ia nivelacién social, la iguatdad absoluta de condiciones delan- te de una porcién de aldeanos vascos. Estos, en vez de aplau- dir como el populacho ilustrado de Paris y Madrid, se refan a carcajada tendida.” (Bl Genio de Nabarra, p. 89). (4) Asi lo dice el Padre Sigiienza en su célebre: Historia de la Orden de San Jerénimo (tere. parte; libr. tere.; dise. déc.). Bl Padre Sigiienza fué testigo ocular de la construc- cién de El Escorial. (5) “Si vibra la sdtira, corrige y no afrenta”’. “E) cardc- ter distinto de la poesia eiskara es la moralidad. Nunca di- ce nada que parezca la opologia del vicio, o la excusa del crimen, ni la apoteosis de la culpa. Los cantos que entonan en las tabernas, los repetimos al piano en los salones sin pasarles la esponja. Lo bajo, lo obsceno en cuanto fin de la obra artistica popular, son desconocidos”. Campién). (6) “Los Estados Vascos fueron una agrupacién volunta- ria de Municipios. En Bizkaya conservaron su independencia Durango y las Encartaciones; en Gipuzkoa, Ofiate. Otros va- rios pueblos se mantuvieron aislados en su independencia.

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