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80n mds morenos, debido al mayor calor del verano ¥ ’ a jas faenas agricolas més duras que en la parte mon- tahosa. Esta diferencia fué observada por un peregri- no franeés, que pasé por Nabarra en el siglo doce. (2). El tipo vasco es, en general, hermoso y agraciado. Aunque no predomina digin rasgo caracteristico muy visible, el tipo vaseo es facilmente reeonocido y se des- taca fuertemente cuando se compara con los pueblos vecinos. 20. Cualidades morales. — El vasco esté adornado de hermosas cualidades morales. Ellas les han ecapta- do las simpatias en todas partes. Es déeil, fiel a su palabra, sumamente respetuoso de la propiedad aje- na, delicado en el trato con los demas, de caricter > tranquilo, morigerado en su lenguaje, enemigo de la ' diseiplina externa, poco afecto a las libreas y a la servidumbre. Estas buenas cualidades se acultan con - frecuencia en formas un poco toseas y en un extericr algo duro, Pero pronto se echa de ver la hermosura de su alma. (3). 21, Cualidades intelectuales. — Aunque reducida en - euanto a su nimero, la raza vasca puede presentarse al lado de otras mfs numerosas, cuando se trata de eualidades intelectuales. En ningtin tiempo le han fal- tado hombres eminentes en los diversos géneros del sa- ber humano. Ha perjudicado a la raza vasea el que todos sus hijos eélebres figuran en la historia, comp glorias de Espafia o de Francia. Son numerosos los apellidos vascos que se encuen- tran entre los dignatarios de la Iglesia, los Magistra- dos de Justicia, en las empresas militares y nautieas, sin contar gran cantidad de Profesores en Universida- des ilustres. Actualmente los estudiantes y Profesores vascos eu las Universidades espafiolas son numerosisimos. ~ En los antiguos tiempos fueron notables centros de ensehanza el Monasterio de Iratxe, la Universidad de Ofiate y el Real Seminario de Bergara. : 22. Cualidades artisticas. — Sobre el espiritu artis- tico de los vascos escribe el ecritico P. Lafond: ‘‘Se ha pretendido que el pueblo vasco es refractario a las artes, 0, por lo menos, a las artes del dibujo, porque es imposible negar el lirismo de su poesia, es impost- ble desconocer el encanto de su misica. Es un errs: que es preciso combatir y reducir a la nada. E] vas co manifiesta tanto gusto y tan buenas disposiciones para la arquitectura, la pintura y la escultura como sus dos vecinos que le rodean, el francés y el espa- fol’’, (Rey. Intern. de Estud. Vase., alo 1910). Asi es, en efecto; indica poco conocimiento de los vascos pretender que no sirven para las bellas artes y del espiritu. He aqui algunos vascos que se han dis- tinguido en las bellas artes: ARQUITECTURA. — En Euskadi abundan muchos antiguos edificios religiosos y militares construidos du- rante la Edad Media. Muchos de ellos son realm maravillosos e indiean gran adelanto artistico. Las sias de humildes aldeas y los palacios-fortalezas q se encuentran en Euskadi, son un exponente de la vi- talidad estética de nuestros mayores. Los nombres de— la mayor parte de sus construetores se deseonocen; pero es justo se atribuya la gloria a ellos, no a gentes extraiias, Serge Otros nombres nos son perfectamente conocidos: Juan de Olotzga, quien es el autor del proyeeto de la Catedral de Huesca (Aragén), a principios del siglo XIV; Juan de Arandia, vecino de Elgoibar, el cua! dirigié la construeccién de las iglesias de Santiago y San Benito, en Valladolid (Castilla la Vieja); Juan de Alaba, autor de la Capilla Mayor de la ‘Catedral de Plasencia (Castilla la Vieja), y de las iglesias de los Agustinos y de San Esteban de Salamanca, y de — su Catedral; Martin Ruiz de Txertudi, que dirigié la construccién de la Catedral de Segovia; Martin de Gainza y Miguel de Zumarraga, la de Sevilla; Juan — de Arandia, Francisco de Gernika y Martin de Ba- rrena, que trabajaron en la direccién del Aledzar de Toledo. : aes Debemos también recordar que la mejor parte de los oficiales, los canteros, que construyeron el famoso Monasterio de E] Escorial en Espana, eran vaseos. (4 ESCULTORES. — La misma observacién debe cerse respecto de los escultores. Sus nombres perma: necen ignorados, pero quedan suu Obras, en las facha- das de las iglesias y en adornos de los palacios, Conocemos los nombres de: Juan de Olotzga, del cual son casi todas las estatuas que adornan la fachada de la Catedral de Huesca; el Maestro Gamboa, que es- eulpié en 1483 las puertas del gran retablo de La Seo de Zaragoza; Rodrigo de Espayarto, que trabajé e el retablo de la Catedral de Toledo, a prineipios del siglo XVI; Olarte, que en 1523 modelé el grupo es- cultérieo de una de las puertas de dicha Catedra Miguel de Antxeta, nacido en Pamplona, en el siglo XV, que esculpiéd un San Jorge a caballo en alabastro para la ciudad de Zaragoza, y para la Catedral de Pamplona su magnifica silleria; son también obr Miguel de Antxeta el retablo de] altar mayor de Parroquia de Cascante y la imagen de la Asuncién; el de Santa Maria de Tafalla, la Asuncién del retablo de la Catedral de Burgos, el de la Parroquia de Ga- llipienzo, el de Céseda; se atribuye a este eseultor el — erucifijo de tamafio natural que actualmente se serva en el trascoro de la iglesia Catedral de Pampio- — na; Juan de Antxeta, de Azpetia, autor del retablo de la iglesia de Zumaya; Juan de Zelaya, que tallé esculturas de uno de los claustros del Mofiasterio nedietino de Carrién de Los Condes (Castilla la ja); Martin de Ganboa, que trabajé mucho en El] corial. 4 ee A fin del siglo XVI los artistas vaseos trab en todas partes, en las Castillas, en Aragén y em propia tierra.
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