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, como los demas espafioles, al bienestar ‘Nada razonable podian contestar a Sanchez les decia: ‘‘;A qué aguzar el ingenio cuando eumplir con un deber y cuando a =e puede considerar relevado de ee Finicers de Egafia y Barroeta Aldamar produ- entusiasmo indeseriptible entre los vascos. Eso a la decadencia nacional, pues con defensas tan Segunda guerra shvtinbi: — Después de 1865 Es- _ estaba en completa revolucién. Dofia Isabel I re- 6 la Corona de Espafia. Los partidos polieteetiage- afioles todo lo tenian trastornado. La euestién poli- la cuestién religiosa dividian profundamente a yafioles. El Gobierno ofrecié el trono de Espafia Fernando de Portugal, el cual no quiso aceptar eipe Leopoldo de Hohenzollern, la cual cag ura fracasé (4). Gansado de aquel ‘estado ‘de @9- General don Juan Prim ofrecié la Corona a Ama-. de Saboya de Italia, el eual acepté. dia de la llegada de don Amadeo a Carta-— {0 de Diciembre de 1870, moria Prim, que tres 1abia sido atacado a trabueazos en una ¢a- rid. E] 2 de Enero del 71 hizo don Amadeo a solemne en la Capital de Espafia. El dia 11 del 73 renunciaba la Corona, no pudiendo as miserias y- divisiones de los partidos oe. 5 a ‘los Maria de los Dolores de Borbén y Aus- nieto del otro don Carlos, hermano de Fer-— I o VII, aproveché el malestar y descontento de los ‘eatélicos por las persecuciones y atrocidades que se les cia a diario, para lanzarse al campo de batalla y ver ees la Corona de eeetel Anuneiaba_ en sus am- e unto del peligro. El ‘que cumpla, mereceré bien del y de la patria; el que no cumpla, sufriré todo el ‘rigor de ‘mi justicia. Dios te guarde. Carlos.’’ arlos exploté habilmente el sentimiento caté- aumentar el nimero de sus prosélitos; se pre- 6-como el defensor denodado de la Religién en fren- ¥ Tos agai mas 0 menos contagiados de ideas Soe . ae . ie 788€08, profundamente decaidos nacionalmente, brazaron, como en 1833, la causa de don Carlos. Ha. tiempo que tomaban parte activa en la vida politi- Espaiia ; se interesaban en la resolucién de los ~ habian tomado parte en la guerra de Africa. forman- do los ‘‘tercios vascongados’’; las clases dirigentes pen- sabany obraban del todo. desligadas de una conciencia vasea. (5). En realidad, los vascos que voluntariamen- - te se alistaron en el ejéreito de don Carlos, no procu- _ raban el bien del Pais Vaseo, sino en cuento formaba parte de Espana. Luehaban por restablecer la religién en Espafia y por entronizar al que ellos creian Rey le-~ gitimo de Espafa. Los fueros que don Carlos prometia para el dia de su victoria, eran sélo algunos privilegios; lo que pro- metian no eran, ni mucho menos, aquella independen- cia a la que los vascos tenian derecho. Don Carlos nun- ¢a comprendié la cuestién vasea; y durante la guerra él y sus Generales quebrantaron continuamente los fue- ros, pdr los cuales decian luchar. El sentimiento neta- ent vasco de los fueros entr6é muy poco en los mo- iles de la segunda guerra earlista; mis contribuy6é al: deseo de acabar con los partidos politicos cGuthpiadGn de ideas anticatélicas. La entronizacién de don Carlos era el medio de conseguir aquel propésito.. La guerra comenzé reinando don Amadeo. El dia 2 de Mayo del 72 penetré don Carlos en Nabafra, a pie— y easi solo, por los bosques de Azkain; el mismo dia publicé un manifiesto en Bera. Pocos dias después fué sorprendido don Carlos en Orokieta por sus enemigos; — con grandes dificultades pudo eseapar por los Alduides al pais vasco continental. Al poco tiempo el movimien. to earlista cesé del todo en Euskadi. Pero don Car!os _y su General Dorregaray renovaron de nuevo la guerra a fines de Diciembre de] mismo ano 72. La organizacion se hacia muy despacio, lo cual irritaba a don Carlos contra los Generales vascos Lizarraga, Dorronsoro y ‘ Belasko. Mas actividad demostraba el famoso Cura” Santa Cruz, quien, al frente de una partida volante,. cometia atrocidades inauditas, El General Ollo orga- nizaba con gran actividad a los cariistas de Nabarra. En ese tiempo renuncié don Amadeo la Corona de. Espafia; vino después la Repiiblica, la cual tuvo en un aio (Febrero de 1873 a 3 de Enero de 1874), cuatro Presidentes: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Mar. gall, Nicolés Salmerén y Emilio Castelar. El General Pavia fué nombrado Jefe del ejército del Gobierno, La guerra se comenzé con brio contra el Gobierno repu- blicano, cuya intolerancia religiosa encendia mas el valor de los earlistas, en cuyas filas se rezaba publiea- mente el Rosario; asi se mantenia mejor el entusias- mo. A don Carlos le convenia explotar la idea religio- sa. Don Carlos entré de nuevo en Nabarra el 16 de Julio por los bosques de Zugarramurdi; la Corte est»- ba en Estella, Tolosa o Durango. E] General Morriones volvié a mandar el ejército del Gobierno. 4 E] dia 3 de Enero del 74 el General Pavia derrové la Reptiblica. El 28 de Diciembre fué proclamado Rev de Espafta don Alfonso XII por la guarnicién de Sa- gunto, dirigida por Martinez Campos. Don Alfonso se puso al frente del ejército que operaba en Euskadi. Los ¢arlistas se encontraban cansados y desengaiia- dos, porque nunca llegaba el dia de la victoria. EB] Je- fe carlista de Catalufia, don Ramén Cabrera, reconocié a Don Alfonso XII como Rey legitimo de Espaiia ; y = se separé de don Carlos (11 de Marzo de 1810}, Co- q

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