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o del siglo, que lloré la pérdida de sus privilegios, e desprecian hoy mismo y ridiculizan sus propios es- ores en el dia.’’ (10 de Agosto de 1795). Estas maniobras de los espafioles hicieron decir a diola, representante de Bizkaya en la Asamblea Bayona: ‘‘Mas en honor de la verdad debo decir _los espafioles son nuestros mayores, 0 quizd los finicos enemigos’’. Al Reino de Nabarra le comunieé Godoy que mien- as la Junta nombrada al efecto no informara a Car- IV sobre la legitimidad de los Fueros, se pusieran practica en Nabarra las disposiciones de] Gobierno Madrid. En 1799 se sucedieron los atentados de arlos IV a la independencia de Nabarra, que fué de- mdida, aunque no con el valor debido, por la Diputa- ion. La convocacién de las Cortes fué otro asunto que ivé no pequenos disgustos, porque Carlos IV se ne- a hacer la convocacién por mas que se le instaba ernando VII sobrepujé a los Borbones en la perse- a la independencia vasca. En 12 de abril de 1819 6 una Junta que arteramente atacase ec] derecho co (10); en 16 de Febrero de 1824 dié un Decreto to. Tantos atropellos cometié Fernando VII de tilla (INI de Nabarra), que pudo decirlo la Dipu- 6n de Nabarra en 1831 que ‘‘sus fidelisimos naba- os se miraban practicamente despojados de las li- jertades que el Rey les habia jurado’’. independencia de Euskadi estaba, pues, amenaza muerte. ANOTACIONES ) Por cierto que los soldados guipuzkoanos no eran bien ados por el Jefe del ejército espafiol, quien dijo de ellos éran initiles y que ocasionaban muchos gastos al Rey. quin de Egia le replicéd: ‘‘La Provincia no repara en in- reses, ahérrelos su Excelencia al Rey muy en buena hora ientras no nos aje y ultraje”. El espafiol desde aquel mo- to dejé de dar pan a los soldados guipuzkoanos. 2) La declaracién de guerra que hizo la Diputacién de : aa Napoleén fué también ilegal, pues dicha facultad re gidfa en las Cortes. Mas las circunstancias no permitian rigorismos_legales. 8) scribié6 Bspoz y Mina en sus “Memorias”: Los gui- oanos, vizcainos y alaveses en el interés de derechos y fonalidad, siempre han marchado unidos con los nava- es 4) En el prélogo de la Constitucién escribieron aquellos ioles: “... La reunion de Aragén y Castilla fué seguida en breve de la pérdida de la libertad, y el yugo se fué igravando de tal modo que ultimamente habifamos perdido, oloroso es decirlo, hasta la idea de nuestra dignidad; si se xceptuan las felices Provincias Vascongadas y el Reino de rra, que .presentando a cada paso en sus venerables fue- una terrible protesta y reclamacién contra las usurpacio- es del Gobierno, y una reconvenci6n irresistible al resto de ‘spa a, por su deshonroso sufrimiento, excitaban de continuo temores de la Corte...” ) (EI Liberalismo politico espafiol “al mismo tiempo que recia y ponderaba los Fueros en el preimbuto de la Cons- ién, los abolia y extirpaba de cuajo en el texto, fabri- do con los sillares derruidos nuevos templos al fidolo ho- mdo de la llamada unidad constitucional”. (A. Campién: ismo y |Catolicismo-Mayo de 1892). 6). “En Borja concurria yo a la tertulia de un pariente, jitin Naftirado, donde se reunfan otros en la misma situa- ‘eontra Napoleén a mirar los asuntos de Espaiia como cién,. casi todos procedentes del afio ocho, viejos grufiones que se dormian o pleiteaban. Uno era navarro; sdélo hablaba de Juanito el de la Rochapea y de Mina. Nos contd que éste fusilé6 la Constitucién de 1812. El presencié la ejecucién. Man- — d6 el famoso guerrifero que un paisan colocas2 el mencio-. nado Cédigo sobre una silla, puesta en el centro de un cuadro formado por la tropa, y le hicieran una descarga. Después Mi- na fué liberal; en politica cada uno es lo que le interesa”. (“Aventuras y Desventuras de un soldado viejo natural de Borja”. Espafia Moderna, tomo 88, afio 1896). (7) “Al.oir el nombre de Riego las gentes se sentian pre- sas de una especie de furor epiléptico; hubo que prohibir de real orden las aclamaciones y vitores al General” Riego, des- pués de haber sido el fdolo del’ pueblo, fué ahorcado. Mina sirvié chos afios a Espafia como militar. Sus restos des- cansan en los claustros de la Catedral de Pamplona en un feo mausoleo. x (8) “Ya se ve, la causa realista, que.no era la causa de los fueros, exigia este movimiento estratégico; he aquf el primero de los atraces, pero merecidos castigos ,que han cai- do sobre Nabarra por haber hecho traicién a las banderas eternamente legitimas y eternamente preferentes de su quto- nomia nacional’; (A. Campiién: Regionalismo de Nabarra; Junio de 1891). ' : (4) Antonio Cénoyas del Castillo dijo "de Godoy: “Los vascongados no han calumniado a Liorente al llamarle escri- tor aSalariado. Estivalo en aquella ocasién, sin duda alguna: y el origen de esto ya se sabe”. M. M. y Pelayo te calificé de perenne abogado de torpisimas causas, dos veces renega- do, como espaiiol y como sacerdote, asalariado por Godoy, por los franceses, por la masoneria y siempre para viles em- presas. Por aquel tiempo se publicé también el: “Diccionario Geo- grafico-Histérico de la Real Academia; ‘‘Documentos Oficia- les” relativos al Pais Vasco, de Gonzdlez; se nombré también la Junta Reformadora de abusos de la Real Hacienda. iy (10) “No puede darse un ataque mds violento que el de la Junta contra los fueros, libertades, usos y costumbres de las Provincias, descubriéndose tal parcialidad y tan injusta safia- que hizo incurrir a esta corporacién en enormes inexac- titudes y crasos errores.” (Marichalar y Manrique: Historia de la Legislacién). : a LECCION CUADRAGESIMA TERCERA SUMARIO.—Muerte de Fernando VIII. — La ‘Ley Silica. —- Carlistas y liberales. — Desarrollo de la guerra. -— a Don Tomas de Zumalakarregi. — Don Rafael Ma- roto. — Don Baldomero Espartero. — Caracter de la guerra por parte de los vascos. — El Estatuto Real. — Convenci6én de Bergara. ; a 264. Muerte de Fernando VII, — El 29 de Septiem- bre de 1833 murié el Rey de Espafia Fernando VII (IT de Nabarra). Su muerte acaecié cuando el pueblo vaseo se hallaba en el deeaimiento patriético del que hemos — ya hablado. La masa del pueblo se habia acostumbra- — do en las guerra contra los republicanos franceses y suyos propios. Las clases influyentes hacia mucho tiem- po que estaban completamente espafiolizadas y faltas de sentido nacional. = Por otra parte, el pueblo veia la insistencia eon que el Gobierno de Espafia trataba de arrebatar su liber- tad y su derecho. La Constitucién de Cadiz, que signi- ficaba la supresién de la independencia, tenia mais de un partidario. Este estado del pueblo vasco contribuy6é a q muerte de Fernando VII encerrara graves econsec

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