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eonducta de Pinet y de Cavaignac con Gipuzkoa, deseosa de separarse de Dspafia. : * 8) Etxabe escribia el 18 de Mayo a la Convencién Nacio- nal de Paris: “;Viva la Convencién Nacional que ha humilla- do el crimen, hecho triunfar la virtud, devuelto’ al fiero can- tabro guipuzkoano sus derechos primitivos...” Hacia votos por el pronto establecimiento de la Repiblica independiente de Gipuzkoa. ; (9) Godoy se portaba como si los vascos fueran stibditos _ de Bspafia. Otro fandtico enemigo de los vascos, Sanchez Sil- va, defendia en el Senado espafiol (14 de Junio de 1864), la _ ahsurda idea de que Espafia cedié en la Paz de Basilea la isla de Santo Domingo como rescate de la regién vasca, ocu- da por los franceses, Ni los ejércitos franceses ocuparon el Pais Vasco, sino en un pequefio terreno, ni Hspafia pod{fa res- - catar lo que no le pertenecia. - (10)Escribfa el Comité de Salud Publica a Moncey: “Nos habéis comunicado en vuestra carta del 18 de este mes (Agos- to), los recelos sobre la suerte qué pueda caber a los habitan- tes de Gipuzkoa, que por su conducta franca ¥ leal, parecen | haber merecido bien de la Repiiblica:s Haremos cuanto de- -penda de nosotros para ponerlos al abrigo de las persecucio- ‘mes que puedan experimentar y os autorizamos a hacerles es- perar los socorros que la justicia reclame a favor suyo.” (11) “El ldtigo espafiol infundfa en sus corazones miedo erval y pdnico que anulaba toda fortaleza de hombre. Y esto palpaba ya en todos los actos que tenfan lugar en Euskadi, -y los mismos hechos eran desfigurados con la mayor desapren- sién para que mo se juzgara que habia habido traicién y que _ ge habfa amortiguado el amor al Trono y a Ja patria de los _ espafioles.” (Historia de Bizkaya, 1793-1807). _ LECOION CUADRAGESIMA PRIMERA 4“ , Lucha contra Napoleén Bonaparte @i—/Renuncia de Carlos| IV a la Corona de Espafia. ‘}J#—E| 2 de Mayo y el levantamiento general contra ff Napoleén. — Los guerrilleros. — Los guerrilleros de Nabarra, — Espoz y Mina. — Crueldad del Ge- _ neral Reille. — Terrible decreto de Mina, — Estado de Nabarra durante la lucha. : angrienta de Francia y fundé el Imperio. Sus soldados recorrieron victoriosos toda Europa y Egipto. Era el error de los enemigos de Francia. Ha sido uno de los hombres mejor dotados de talentos militares. Su am- bicién de gloria y de conquistas no tuvo limites. _Abusando de su poder consiguiéd.. por medio de en- afios y de la fuerza, que el Rey de Espafia, el débil Fernando VII fuera a la ciudad de Bayona. Pocos dias después (30 de Abril de 1808), llegaron a la misma ciu- dad Carlos y Maria Luisa. Carlos TV habia renunciado en Marzo del mismo afio en su hijo Fernando. Ante a presencia misma de] Emperador Bonaparte, se des- arrollaron vergonzosas escenas entre Fernando y su pa- dre, Carlos. quienes manifestaron abiertamente sus an- tipatias y faltas politicas. Durante varios dias les oyé _Napoleén. El resultado fué que Napoleén consiguiéd que - Fernando VII renunciase a la Corona; después le exi- gié la renuncia del Principado de Asturias. Cuando se hubo hecho esto. exigié de Carlos TV la renuncia de la Corona de Esvafia en favor suyo (5 y 10 de Mayo). El plan primero de Napoleén habia sido que los re- yes de Espaiia, atemorizados por la fuerza de los ejér- itos del Imperio francés, hubieran embarcado para América, quedandose é] entonces como duefio de Es- pafia. No resultando este plan, acudié al de obligarles a renunciar al trono, el cual proyecto en parte did re- sultado. 249. El 2 de Mayo y el levantamiento general contra Napoleén. — E] pueblo espafiol no tuvo la debilidad de sus reyes. A diario se registraban reyertas entre los sol- dados franceses y los habitantes de Madrid; hasta se llegé a silbar al Genera] franeés Murat, cuando pasaba eon sus tropas por la Puerta del Sol. : Poco tiempo después de su salida de Madrid, eseribié Carlos IV que salieran para Bayona el infante Francis- co de Paula, de 13 afios de edad, y la Reina de Etruria. Se habia fijado el 2 de Mayo para su partida. El pibli- co, reunido para contemplar la marcha. se fué excitan- do en contra de los franceses: insult6 a sus Jefes y rompié los correajes de los coches para que no pudie- ran salir. E] Jefe francés ordené una descarga cerrada contra la multitud. Ella fué el comienzo de la Incha popular contra las fuerzas francesas. Las calles de Ma- drid se convirtieron en campo de batalla; los madrile- fios pelearon desesperadamente contra los opresores. De todos aquellos héroes se han hecho célebres Daoiz y Ve- larde, Oficiales de Artilleria, que defendieron e] Par- que de Artilleria. Los franceses fusilaban a los prisio-— neros en montén. El 2 de Mavo dié la sefial de un levantamiento gene- ral en toda Espafia. El] movimiento fué espontaneo y universal. Los Religiosos y sacerdoees espafioles influ- yeron notablemente en la insurreccién contra los ejér- eitos franceses. Ciertamente que con frecuencia se co- metieron horribles crueldades por los espafioles; pero tales excesos se comprenden facilmente si se atiende a la excitacién que en aquellos momentos reinaba en Es- pafia. Ademas, los franceses se portaban siempre con gran fiereza; no hay exceso que no cometieran aquellos soldados acostumbrados a vencer en toda Europa. No reparaban ante ningtin medio para tener atemorizadas a las poblaciones. Sacaron de Espfia inmensos tesoros . artisticos, que mandaban a los museos de Paris. 250. Los Guerrilleros. — Fspafia. en aquellos dias no estaba en disnosicién de poder Iuchar victoriosamente contra los eiércitos de Nanpoleén. Le faltaban Genera- les antos v ejéreitos nreparados para maniobrar en gran- des batallas. Esta fué la causa de que la resistencia mas formidable no la encontrara Napoleén en los eiér- citos esnafioles. Casi siempre que Iucharon en batalla campal fueron vencidos por los franceses. No obsatnte, algunas victorias llenaron de gloria a los soldados es- panioles. Pero, en general, se puede decir aue quienes vencie- ron a los soldados de Nanoleén no fueron los ejércitos en grandes batallas. El sistema de pequefias guerrillas volantes fué e] ane dié los resultados anetecibles. Aqu2- llas bandas de hombres de] pueblo, mal armadas v eani- padas. iban desgastando continuamente los ejércitos franceses, no dejaéndoles un momento de reposo. Los _guerrilleros iban unas veces dirigidos por un estudian- te, un cura, un fraile; pocas veces por un militar de profesién. Eran el terror de los franceses por la rapi- dez de sus ataques y su ligereza en desaparecer.

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