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cp i atraés y se present6 ante el Santo. Este la consol6; reunié a varios religiosos compafieros suyos y se pusieron todos en oraci6n. Pronto la mujer sinti6 que cesaba el dolor. Y poniéndose las manos en la cabeza observ6 que tenfa la cabellera completa, como si nada hubiera suce- dido. El marido, ante aquel prodigio, se convirtié6 y depuso su actitud para siempre, y se hizo bienhechor de los frailes. ORACION jOh Santo bendito! Muchas veces he sentido turbada la paz de mi alma. Pero reconozco que la tnica causa era que me dejaba arrastrar por mis con- cupiscencias. Alcanzadme, glorioso San Antonio, que sea yo’ del niimero de aquellas almas buenas, a las que fué prometida la paz, el dfa que nacié el Salvador del mundo. Espero, por vues- tra intercesién, que se realizaré en mi y en todos los mfos el viva anhelo de Jestis, nuestro Padre, nuestro Reden- for y nuestro Rey. Asf sea. (Responsorio y Oremus como el primer dia).