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Soe EJEMPLO Hallandose San Antonio en el conven- to de Montepaulo, cuando aun era sacerdote novel, se celebr6 una re- unién de religiosos en Forli, citidad muy préxima, con ocasién de presen- tarse a Ordenes Sagradas algunos Dominicos, Franciscanos y Clérigos seculares. Era costumbre que uno de los religiosos dirigiera la palabra a los demds para edificacidn de todos. El Padre Guardién de los Franciscanos rog6 a los Dominicos para que algu- no de ellos dijera la pldlica. Rehusé- ronlo ellos coriésmente. Entonces mand6 a nuestro Santo que improvisara su sermon, Obedeciendo como. un corderi- llo, acept6 el grave compromiso. Subid a la tribuna y comenz6 a hablar, al principio con cierta timidez; pero la exuberancia de un corazén lleno de amor de Dios venci6é la timidez y di- sert6 ‘acerca del sacerdocio y de la virtud que el ministro de Dios debe tener, con tal elocuencia y fervor de espfritu, con tal abundancia de citas de la Sagrada Escritura y de los