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ie Bb ose perdonarles la vida, si renegaban de Jesucristo. Algunos comenzaron a va- cilar. Pero el Padre Felipe les animé con sus palabras, diciéndoles que la noche anterior le habia sido revelado que irfa al cielo acompafiado de una muchedumbre de méartires; y que esos méartires eran ellos. Con estas palabras se confirmaron en la fe y murieron confesando a Je- sucristo con valor. ORACION jGlorioso San Antonio! Ya que fuis- teis tan valeroso pregonero de las ver- dades de la religiédn, encended en mi corazén un grande amor a mi sacro- santa fe, y alcanzadme con vuestra intercesi6n un valor semejante al vues~ tro y un deseo muy ardiente por pa- decer algo en su defensa. Con frecuencia me avergiienzo de aparecer como creyente. Mas espero que con la gracia de Dios tendré sufi- ciente valor en lo sucesivo para apa- recer como verdadero cristiano aun entre los enemigos de la _ Religién. Asf sea. (Responsorio y Oremus como el primer dia).

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