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cias de Dios, aunque tenga que hacer para eso grandes sacrificios. (Meditese y pidase la gracia par- ticular que se desea). EJEMPLO Refiérese que cierto ciudadano de alta posicién social vivia muy alejado de Dios a causa de su lujuria y de las injusticias que practicaba. Asistié a un sermén de San Antonio. Y observé, con temor, gue durante el serm6én el Santo le miraba atentamente. San An- tonio debidé leerle la conciencia, porque refirid con todos los pormenores la vida gue llevaba aquel hombre, para él desconocido. Aténito y tocado de la gracia de Dios, se fué a buscar al Santo después del serm6én, diciéndole que estaba dispuesto a cambiar de vida a costa de cualquier sacrificio. Animéle San Antonio a corresponder al llama- miento de la gracia divina, haciendo una buena confesién. Empezé a hacerla, pero Ios sollozos no le permitfan ha- blar palabra. El Santo le d'‘jo que es- cribiera sus pecados. Los escribié con calma; més al presentar el escrito a