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y uno de éstos me llevé a mi a Bermeo a los tres meses de haber _ empezado mis estudios de latin en Munguia. No habian transcurrido cuatro meses, y una mafana mi padre se presenté en Bermeo, y me dijo: «la hermana mayor se casa; a ella le he hecho donacién del mejor caserfo, y tenemos que ir a vivir al caserfo Laxibi. Hay que evitar gastos. Ahora’ en el pueblo hay una preceptorfa, y a casa has de venir conmigo.» A las dos horas ya estaba en camino para Maruri, en compaiifa de mi padre. _ A Bermeo me ful con los 0 o> y de Bermeo me volvi sin mayor malicia. Antes de cuatro meses ya estaba yo en Basurto, en el Novicia- do que tienen alli los PP. Capuchinos. Entonces empezaba yo a soltarme algo en castellano, y aah ralmente decia muchos disparates, y mi nuevo profesor disfrutaba una tarde contando esos disparates a los sefiores cttras. Cuando me — lo contaron yo. pasé mi buena rabieta, y a la noche, cuando Hegué _ a casa, dije a mi hermana, por no ir a Ja clase, que queria ir fraile © a Basurto. Y quieras que no, tuve que ir. Al dia siguiente, para pedir el ingreso, y al mes, definitivamente. j Lo que tuve que sufrir durante ese mes! Perd{ el apetito. Estuve en cama hasta dos o tres dias de tristeza y de amargura,— pero cumplido el plazo tuve que ir a Basurto. Pasé en Basurto el afio.de noviciado sin novedad especi@l. Afio — y medio de Latinidad y tres de Filosofia en Fuenterrabia. Dos de Teologia apes en Leén. Y tres de Teologia Moral en Pam- plona. En praise de Pilosofia me puse muy mal. Empezé a arrojar sangre por la boca y me declararon tisico dos doctores, Estuve re-: signado para morir, pero como la vida es uno de los dones mis preciosos que Dios nos ha hecho, hice todos los posibles para .con- servarla, y entre. practicas hidroter4picas y botones de fuego con- segui salir adelante. Tanto me familiaricé con estas practicas que en cuarto afio de Teologia mas de una vez asisti a la clase; a los pocos minutos de haber recibido mds de treinta botones de fuego, con pecho y espal- da completamente hinchados y con respiracién dolorosa. Tuve siempre fe religiosa; creia que todos les religiosos tenfan conciencia recta, corazén bondadoso y buena voluntad, a pesar de las debilidades humanas. Crefa también que los Superiores eran asi, pero una triste experiencia me hizo cambiar al cabo de algunos aiios de mi caritativo modo de pensar.

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