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Lgrst a de su vocacién. AS ReR: tiene tiempo después de hacer carrera ecle~ siastica. - Ilmo. y Rvdmo. Sadie’: A fin de que no esté cada vez mas arre- pentido, esto es todo lo que queria exponer a Vuecencia antes de _ la profesién del alumno X. X., que creo que le toca hacer por la Virgen de Agosto. Gracia que espera de Vuecencia. Dios ore a Vuécencia.» Contestacién a esta carta, del dia 3 de julio, escrita y firmada por su Secretario, que dice asi: f «Muy estimado Padre: Enterado el Ilmo., sefior Obispo de la carta que le ha dirigido V. R. el dia 25 del pasado mes de junio, referente al alumno X. X., que estudié en el Seminario menor de Castillo-Elejabeitia, me encarga manifieste a V. R- que todo cuan- to hace el Rector de este Seminario respecto a dimisiones de estu- diantes, lo hace-con conocimiento y anuencia del Ilmo. Prelado. diocesano, y que el actual sefior Obispo aprueba y ogge bien he- a lo hecho con el referido estudiante. De V. R.. - Mi contestacién’ del dfa 4 de julio de 1929: «llmo. y Rvdmo. Sefior : Después de besar hamibaeiieate. su Anillo Pastoral y decir a Vuecencia que he recibido y leido la carta de Vuecencia firmada por su Secretario y fechada el dia de ayer, el infrascrito ee: Que a él poco le importa el saber que el Ree- _ tor expulsé a X, X. con anuencia de su Prelado o que el actual “lo apruebe. _ Que lo que a él le interesa ‘saber es si se pisotearon o no todas las normas de la Sagrada Congregacién para expulsar a X. X, ‘abusando de la direccién de conciencia, ¥ que hay indicios bien fundados. Y que si Su {listelaiton se empefia en no querer decir, sf ni no,. ni nada, el infrascrito. se verd precisado a acudir a Roma. Ademas, que le ha apenado que en un asunto. tan delicado, que .Vuecencia le conteste en una hoja, suelta, obligandole a su. Guardién a enterarse aun sin querer de un asunto tan delicado, _ Gracia que... Dios guarde a Vuecencia.» Si le escribi, en buena hora la escribi, El dia 12 del mismo mes ' me Ilamé a su despacho el Superior, que lo era entonces el P. Anto- - nino. Estaba fuera de si. No acertaba ni a hablar. Y entre palabras entrecortadas, pero todas amenazantes, me entregé la siguiente carta del sefior Obispo de Vitoria, que casi casi pedia mi cabeza en des- agravio de qué sé yo que injurias que habia cometido para con Su - Setionts en mi carta anterior. 7 i allt
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