BCCPAM000R00b-5-01p40d0000000
t jSé6lo Dios sabe cuantas lagrimas y cudntos calvarios le cos- té a este Simpatico joven su noble y generoso proceder? En cambio sus verdugos seguiran en sus puestos tan tranquilos y orondos, 3 rodeados de cierta aureola de rectitud, de justicia, de caridad, de santidad y de veneracién de las gentes. Yo crefa que era un cuento lo que me contaba el joven. Pues a pesar de todos los sintomas de verdad y de ingenuidad que tenia su confesién o narracién, ;cémo creer que aquella enor- midad la cometa pisoteando o no dando importancia a lo ordenado por la Sagrada Congregacién para régimen de Seminarios, el Rec- _tor de un Seminario, y que en, caso de, cometerlo, el sefior Obispo lo apruebe, en Iugar de corregirlo 0 castigarlo ton energia? Pues, atmado lector, el Rector que cometié aquel, desaguisado, todavia sigue de Rector, y el sefior Obispo que aprobé aquel des- aguisado sigue actualmente disfrutando su pontificado en Santiago de Compostela. Y el actual sefior Obispo de Vitoria lo aprueba y da por bien hecho todo lo hecho en aquel inconcebible atropello. Dias después supe que aquel joven seguia sus estudios en el — be Colegio-Seminario de los RR. PP. Jesuftas, en Durango. Y antes de dos afios me avisaron que habia ingresado en Loyola, en el No- viciado de la Compaiiia de Jesis. Por junio de 1929 recibia una carta suya, en Sg que me indicaba que su mayor contento era y serfa que yo estuviese en re el dia de su profesién religiosa, Yo no sabfa. qué contestarle, ni qué partido tomar. Consulté el caso con un tedlogo, y me dijo: Que debfa ir, pero ya que habfa _ motivos bien fundados de creer que el alumno X. X. habfa sido injustamente expulsado del Seminario, abusando de la direccién de conciencia, habfa que exigir que nos dijeran la calisa de la expulsién para reparar en algo la fama que tan injustamente le habfan quitado al joven seminarista, y que no teniendo contesta- cién o satisfactoria contestacién, que no debia ir a Loyola ‘para el dia de la profesién del joven novicio. El dia 25 de junio de 1929 le escribf al Ilmo. Sr. Obispo de Vi- toria la siguiente carta. «Ilmo. y Rvdmo. sefior Obispo de Vitoria. Ilmo. y Rvdmo. Sefior : Después de besar humildemente su Axillo Pastoral, el infrascrito expone a Vuecencia, que con fecha 11 de junio le escribié al Rector del Seminario de Castillo-Elejabeitia la siguiente carta: «Muy sefior mio: Si no le es a usted. molesto, usted me permitira que le RES, nada mas que por un mo- mento.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz