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e Pier 4 + i < CAP{TULO be wal ey ' ‘ Desengafios ¥ sige sahs En el tercero de Teologia, a causa de cierto arreglo de Provin- cias, nos juntamos en Pamplona tres grupos de estudiantes. El primero, de Tudela. Otro, procedente de Lecdroz, y el filtimo de tres, procedente del convento de Ledén. : El grupo procedente de Tudela, con el claustro de profesores se - consideraba de casa, y este grupo en general era antinacionalis- ta, y en el grupo procedente de los colegiales de Lecdroz, casi tedos eran - nacionalistas. Y entre los dos bandos, sin excluir a los profesores, habia un duelo que casi no conocia limites. Yo, que procedia del grupo de Leén, era nacionalista. Nacionalista y republicano desde que, novel estudiante, abri los ojos a la politica. IJeva ya en mi Vade-Mecum mas de tres lustros, marcado con el ntumero 42, la sentencia de Lamartine : «Quien a los dieciocho afios no es republicano no tiene corazén» (1), Pero como los procedentes de Leén éramos tan pocos, no haciamos partido. Eramos a la ma- neta de estrellas errantes, pero sin gozar de su libertad. Viviamos entre tirios y troyanos, y por mas esfuerzos que hacia uno para ser neutral y -esclavo de la rectitud, era imposible que dejasen a uno vivir en paz. A mi por lo menos, tomando por divisa aquello de — qui non est mecum contra me est (Quien no est& conmigo contra mi est4), me atacaban sin piedad, como lo demuestra el siguiente hecho. Un dia dijo César: Veni, vidi, vici. y éstos nidta decir : Feci, vidi, acusavi. Un dia el Director del Colegio, ¥; Afiotbe, hombre ci y de recta voluntad, me Ilamé a su despacho y me dijo: Acaban de de- cirme que ha hecho esto y esto. Como no habifan podido pasar diez ‘ ~~ (i) ¥ que ae de fodae las dictaduras habidas haber eba el si- guiente hecho. En los dias de' ened lebiscito en pro de Primo st se io sentaron ante Sara tres religiosos, p' en mano y me lone que ale an ra.—MI contestacién fué seca pero coniundente «No hecho yo firmas que manchan

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