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la molestia que esto le origina le haga conocer la malicia de su accién. Estas deben ser las preferidas por el educador. Iii—Algunas penas son ejemplares, destinadas a neutralizar la mala impresién que los compafieros han recibido e impedit que esas acciones sean tenidas por buenas o ifidiferentes. Estas consisten en reprensiones pt- blicas y castigos ptiblicos, en Panay a la falta cometida y al escan- dalo dado. 5 IV—Las faltas de los nifios se datitenie en leves, graves y gravisimas. Son leves las que proceden de ligereza o descuido natural en los nifios, y~ no revisten desorden especial. Seran graves las que proceden de malicia o pereza habitual en el cumplimiento del deber, v. gr. las faltas de respeto ha- bitual, descuido habitual en las clases, etc. etc. Seraén gravisimas las faltas contra la moral, la rebelién contra la autoridad, etc. etc. Las faltas Pastas prolongadas sin enmienda serén consideradas gravisimas. V—Las penas como las faltas son leves, graves. y tavisiwas ‘bas le- ves son los castigos ordinarios, ex. gr. privacién de recreo, etc.; y pueden imponerla cada uno de los prefectos, profesores, etc., pero sdélo cuando” se pueda cumplir dentro del tiempo y lugar a ellos encomendado. -Las graves son los castigos extraordinarios ex. gr. privacién de recreo durante varios | dias, privacién del habito. Esta sdlo debe imponerla el P: Director. Las gra- visimas’son la dimisién o expulsién del nifio que corresponde al P. Director, - 4 como delegado del P. Provincial con el parecer al menos de los prefectos. Vi—Los vicios que principalmente exigen correccién o sancién son: el orgullo, la célera, la sensualidad, la envidia, la glotoneria, la pereza, con las faltas de obediencia y de respeto a la autoridad. ils} : 4 un. : 6) Recompensas. Del mismo modo, aunque con raz6n opuesta a la pena, contribuye la re- compensa a fortificar la voluntad en el deber y en el bien. En la Escuela Se rifica se aprovechara esta fuerza de energia moral segtin la conveniencia de nuestro estado. I—En la recompensa debe evitarse todo lo que favorezca el defecto del niflo: ex. gr. las multiplicadas y prolongadas alabanzas, que engendran la va- -nidad y el orgullo. No debe recompensarse todo y en cada momento, porque esto crea el utilitarismo moral. Las recompensas han de ser ordinariamente sencillas, relacionadas con algunas nuevas acciones. II—En la recompensa debe existir una base objetiva y moral, es. decir que ha de ser merecida por una cualidad real y de orden moral; y no deben dejarse llevar por razones humanas, de patria, lengua, habilidad, hermosura, etc. Esto es de una impresién desastrosa y hace perder toda la autoridad al que recompensa. III—En orden a los premios 0 recompensas de los exdmenes generales 20
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