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vida. ; Oh Madre del Buen Consejo!, haced- me oir vuestra voz, de suerte que aleje toda duda de mi mente. De Vos espero, pues ‘sois la Madre de mi Salvador, que sedis también la madre de mi salvacién; pues si Vos, joh Maria!, no’ me enviais un rayo del divino Sol, équé tayo me ilumirara?, z:quién me instruira, si rehusdis hacerlo Vos, que sois Madre de la Sabiduria increada? Oid, pues, mis humildes stiplicas. No permitais que me extravie; en mis dudas y vacilaciones, con- ducidme por el camino recto que guia a la vida eterna,. Vos que sois mi tinica esperan- za, cuyas —‘manos estan lenas de tesoros de virtud y vida, y que derramais ‘frutos de honor y santidad. Oracién-a San José para obtener la vir- OY de la pureza.— Oh glorioso San José, Padre y Custodio de las almas virgenes! Vos a quien fueron confiados Jestis, la inocencia misma, y Maria la Virgen de las. virgenes, dignaos, os suplico, librarme de toda mancha y conservar !a castidad de mi espiritu, de mi corazon y de mi cuerpo, para que sea siem- pre esclavo purisimo de Jesus y de Maria. Asi’ sea, ~ (300 dias de Mridintgencte; una vez al dfa, plenarta > mes con Jas condiciones acostumbradas.) if 53